Testimonios del II FESTIVAL CUERPO A CUERPO en Cusco correspondencias para danzar SIN FRONTERAS EN Abya Yala
Simone MELLO [1]
Carlos CRUZ [2]
Marisol ZUMAETA [3]
RESUMEN
Este artículo, asume la forma y el estilo de un diálogo – correspondencia, al reunir los testimonios de tres artistas de la danza, conectando sus reflexiones, desde sus países (México, Perú, Brasil), acerca de las experiencias y memorias compartidas en la gestión y codirección del II Festival Internacional Cuerpo a Cuerpo, Cusco, 2021.
Palabras-clave:
Cogestión. Danzantes-Luciérnagas. Ofrenda. Manifiesto.
- Introducción: Atlas Danzarín
Un cielo infinito de virtualidades se abrió en el II Cuerpo a Cuerpo. El cuerpo que danza sigue manteniéndose, como el Dios Atlas, la desafiante carga de las gestiones auto sostenido por la fuerza del mismo sector. Los autores de este artículo, son también Danzantes-Atlas, que configuran está escrita como experimentación rizomatica. Son experimentaciones que surgen de los agenciamientos, en los cuales los sujetos pueden entrar y salir por múltiples caminos. Existen infinitas posibilidades de entradas y salidas para leer e interpretar este artículo, porque en las rutas rizomaticas, lo importante no son los sujetos por ellos mismos, ni los objetos por sí mismos, sino las alianzas, las mezclas, los contagios y los afectos provocados en las relaciones.
Nos inspiramos en el soneto “Correspondencias” (1857), considerado como la síntesis de la estética del poeta francés Charles Baudelaire (1821-1867). Walter Benjamin (1892-1940), estudioso de la obra de Baudelaire, ubicó las correspondencias en un pasado inmemorial. Es a través de este sesgo, entrando en esta dimensión fundamental del tiempo por la que navegan los poemas, que asumimos esta interpretación de las correspondencias, como, datos del recuerdo, porque traen consigo la nostalgia de una experiencia con el mundo (Benjamin, 1991). Como en las líneas del poema, presentamos nuestras reflexiones, a la manera de flanear, es decir, dejando a las ideas pasearen por entre discursos dotados de poesía, dejando el orden, la jerarquía y la precisión, para acercarse al desorden, característico del sueño y de un lenguaje impregnado de simbologías, tan propio a los artistas, creadores de mundos.
En cuanto al II Festival, buscamos alimentar la visibilidad de un posicionamiento político y performativo del Sector Danza Cusco. Instauramos un ambiente pedagógico y critico, destinado al intercambio entre artistas de distintas nacionalidades, estilos, escuelas, generaciones etc. Fomentamos por medio de talleres, cátedras, entrevistas, la inclusión con el espíritu que se nutre de la diversidad y la multiplicidad.
La virtualidad impuesta por el momento Covid, nos permitió incluir en las actividades del II Festival, personas residentes en diversos países como; Italia, Francia, México, Colombia, Argentina, Chile, Brasil y Perú (nosotros mismos, desde la dirección, nos atrevemos a codirigir el II Festival desde nuestros países). Nos referimos a las nubes digitales del Facebook, Instagran, Watsap, Zoom etc. Esas nubes fluctuantes, fueran la zona de acceso, por donde accedió un número nunca antes experimentado por el Sector Danza Cusco: una cifra de 1.855 personas alcanzadas, por nuestra página virtual, del Cuerpo a Cuerpo, 671 personas siguiendo. También afrontamos a la coyuntura pandémica, de muerte, implicados en la búsqueda de nuevos caminos, para seguir generando actividades presenciales de forma cuidadosa y restringida. Trabajar el cuerpo y sus potencialidades en este momento nos parece indispensable: un cuerpo sano, creativo y presente es el antídoto para esta pandemia. Formamos así, una especie de consejo. Instauramos una especie de congreso, foro de informaciones. Tratamos de inspirar diálogos acerca de la reivindicación de la danza como actividad esencial. Charlamos, compartimos anécdotas, citamos a nuestros maestros, contemplamos espectáculos, producimos, fotografiamos, pensamientos, gestos, coreografías, grafías.
A continuación, reunimos tres testimonios, que cargan memorias e inquietudes de un trabajo continuado y permanente que venimos generando en Cusco, junto al Sector Danza. ¡Para que una vez calientes y ya sudando, sea posible, evocar un rezo, en forma de danza!
- Testimonio Simone Mello: Danzar, antes de desaparecer
¿Estaremos nosotros los danzantes contemporáneos en vías de extinguirnos?
Danzando como las luciérnagas, estamos como sector danza: amenazados y casi ciegos, por los rayos reflectores de la máquina totalitaria del poder, la cual es hoy, alimentada por una ola terrorista, derrotista y viral, que inicia con el COVID y propaga la escasez, la desnutrición cultural y el abandono de las minorías. Sin embargo, las luciérnagas aún no han desaparecido y los danzantes también seguirán sus movimientos; como ellas, provisionales, empíricos, intermitentes, frágiles, dispares, fugaces; pero (re)existiendo, (re)imaginando y (re)iluminando la vida en su potencia creadora.
Didi-Huberman (1953), filósofo e historiador del arte, teórico de la imagen, toma a esos enigmáticos bichitos, los “gusanos de luz”, como diálogo crítico con el cineasta Pier Paolo Pasolini (1922-1975) que, precisamente, propone que las luciérnagas, evocan una imagen de la fragilidad humana, pero al mismo tiempo, señalan al potencial político, y la capacidad de resistencia de los individuos. La supervivencia de la que se trata por medio de la metáfora de las luciérnagas es, pues, la del hombre y la de su cultura, en lucha con su permanencia.
¿Nos parece difícil seguir danzando? ¿Quizá, ahora, lo más penoso, sea dejar de danzar junto a la presencia del público? Para danzar en la soledad del universo. Para que la danza pueda seguir permaneciendo entre nosotros, es indispensable seguir creando estrategias de circulación e investigación. La danza no está hecha solo de escenarios y espectáculos para entretener. Hay mucho trabajo, investigación y reflexión por detrás de los reflectores. ¡Sabemos que el cuerpo siempre está por desvanecerse! La danza nace y se realiza para desaparecer y nunca se repetirá, de ahí la importancia de la memoria, del registro, de la investigación continuada; de los artículos publicados. Y claro, del aporte estatal y privado que disponen los recursos económicos, que permitan a los artistas de la danza, seguir produciendo con dignidad. ¡Sin recursos, no hay como iluminar los cuerpos en sus movimientos intempestivos, no hay como proteger la danza de las luciérnagas y proyectar los vuelos más altivos, en medio a la oscuridad!
Recibimos en esta segunda edición del Festival, un diverso panorama de 21 trabajos de video danza, seleccionados por medio de una convocatoria nacional e internacional. Constituimos a un equipo de curaduría y nos sintonizamos con las ideas de Pasolini y Huberman, tomando a las luciérnagas, como símbolo de la marginalización, la resistencia y vocación de revuelta y transformación. Indagamos al principio esperanza de los pequeños movimientos. Nuestra curaduría, buscó tratar a la muestra de video danza, desde una mirada no competitiva, ni hierárquicas, haciendo además, eco a la definición “benjaminiana” de “imagen dialéctica”.
Presentamos los videos agrupados bajo tres ejes: Danzas Cósmicas, Danzas de Confinamiento y Danzas Contra Corriente, sugiriendo una dinámica entre proximidad y distancia. Destacamos a su vez la relación entre el observador y la mirada “dialéctica del ver”, explicada por Huberman, como, imagen atemporal, absoluta, eterna, que se escapa, por esencia a la historicidad (Didi-Huberman, 2005).
Con la intención de suavizar el choque entre el observador y el observado y asumir las obras de video danza, a partir de sus diferentes historicidades; invitamos al conversatorio de la muestra, el filósofo y arte educador, Flávio Tonnetti (Brasil). Tonnetti, reconoce la dimensión critica, como este movimiento dialéctico, que hablan Benjamin y Huberman, es decir, asume que hay una simultaneidad entre la dimensión de crisis, como un vórtice que sacude el curso del río, y la dimensión de análisis crítico, como reflexividad, como el torbellino que revela y acusa la estructura, del mismo lecho del río (Didi-Huberman, 1998). Entre los muchos ejes, tratados por Tonnetti, el filósofo eligió dialogar con las obras de la muestra, evocando los sueños. Al mencionar la simbología del orisha, Ogun, el Dios herrero, que montado en su caballo, si mimetiza con el animal y lucha contra los males y enfermedades, sugirió correspondencias entre las obras presentadas y el hábito de pulir la espada, en un trabajo reiterado, en la búsqueda del perfeccionar las técnicas de combate. De este modo, la curaduría de la muestra, por medio del filósofo invitado, estimuló al grupo a la desafiadora práctica de bucear en las imágenes que critican a la imagen, de un efecto, que critica nuestra forma de verlas, en la medida en que, al mirarnos, nos obliga a mirarla de verdad y nos obliga a escribir esta mirada, no para transcribirla, sino para constituirla. (Huberman, 1998).
Nombramos esta muestra de Video Danza, de carácter trans-disciplinar, inclusivo y pedagógico de: Luciérnagas de la Video Danza. Y la disponibilizamos al público, vía la página del Cuerpo a Cuerpo. Apostamos que estas obras, son finalmente, imágenes luminosas de micro-gestos, creadas por un pueblo-luciérnaga, que danza y se reinventa, a pesar de la precariedad, que le atraviesa.
- Testimonio Marisol Zumaeta: Son varias luchas, la lucha de siempre, como antes.
En medio de aguas estancadas del confinamiento y los miedos, nos hemos movido inspirados en el Taki Onqoy, palabra quechua que se refiere a la enfermedad de la danza y el canto de los pueblos originarios frente a las invasiones europeas, un ritual eterno pidiendo el cambio, el retorno de los dioses. Se dio en el Tahuantinsuyo y se extendió por todo el continente, ¿cómo hoy?
Nos retumba en el pecho un canto de protesta. Protestar porque si antes el arte era lo último, hoy quieren aseverar que no es siquiera esencial, ¿cuánto valen sólo miles de años siendo la esencia de la humanidad? Protestar porque la revolución no toca lo suficiente a quienes la quieren, no lo suficiente como para ser tantos que nos escuchen, no lo suficiente para dignificar la danza desde los mismos artistas, desde la sociedad, desde el estado. Nos preguntamos ¿Por qué no llega a arder?, cuando es urgente y necesario. ¿Por qué tan tibios? ¿Por qué tan precarios? ¿Por qué no más profundo, más comprometido? Nos preguntamos, ¿cómo se valoran esos esos mil abrazos? y ¿cuánto vale en el mercado los tal vez 15 mil intercambios intelectuales a través de las mesas virtuales? ¿O las casi diez entrevistas que dimos sin recibir remuneración alguna? Estamos preocupados por la economía de nuestra actividad y el festival quiere hablar de dignificar, ¿en qué podemos aportar?
Salimos a la calle, porque ahí hemos estado antes, con el mismo temor que sea la policía quien nos saque, y rompa otra vez ese vínculo natural con nuestra comunidad, eso no ha cambiado con la pandemia, y aprovechamos los minutos de tolerancia que nos permite convencerlos un ratito, y poner nuestra música, que como en casi todo lugar, “está prohibida”.
Por todo el continente, tomamos conciencia que son varios Bicentenarios de Independencia, que son varias luchas, y que a la vez somos la misma lucha, la lucha de siempre, como antes de la pandemia, con o sin Bicentenario. Siempre, mucho por trabajar, mucho contra la corriente, arar hasta hacer fértil el desierto, ¿hasta cuándo? Las más de 24 000 vistas a las publicaciones en nuestra recién estrenada página del festival, sólo valen la pena si han alimentado la revolución, el cambio, si han sido nutritivas. Por eso nos llenamos de millones de preguntas, y nos rompemos la cabeza con estrategias cargadas de esperanza. Por el sólo hecho de vivir o sobrevivir del arte, como siempre, como antes, como ahora… ¿y mañana?
- Testimonio Carlos Cruz: Tierra de sangre vital
Abya Yala, continente de danzantes. A lo largo de los años, la danza se ha convertido en una actividad fundamental para la vida de las comunidades humanas. Una forma de dialogo con el ritmo de la naturaleza y el cosmos; aterrizar desde el cuerpo la información codificada en el espacio tiempo. La danza y la música de nuestro territorio sin fronteras, es una herencia a la humanidad. Pero también lo es la manera en que la sociedad se cohesiona por medio de acciones organizadas con un fin en común. La gratitud.
El derecho, tiene implícita la obligación. ¿Desde dónde plantearse como actividad esencial para la sociedad actual? Mientras grupos de danzantes se angustian por el abandono de los escenarios, la no relación con los espectadores y la economía implícita en la actividad cultural de la que dependen familias enteras, otros grupos se preocupan por no poder ofrendar sus danzas y entregar sus peticiones a ríos, siembras y montañas, que desde que desde el cuerpo se hacen desde hace milenios.
Dos líneas aparecen en juego. Las danzas de escenario y las danzas de relación antropocosmica. Atender los dos frentes genera la necesidad de políticas de reconocimiento. La pregunta fundamental reaparece: Cuál es la función de la danza en nuestra sociedad actual, de qué manera se relacionan estos grupos de danzantes, que los conecta. ¿Estamos generando nuevos lenguajes para la danza o simplemente seguimos repitiendo patrones de movimiento que hemos ido aceptando con toda obediencia? ¿Dónde encontrar el lenguaje? Nos preguntamos sobre los formatos para presentar nuestras danzas en esta contingencia, pero la pregunta quizá se vuelque a cómo construir nuevos lenguajes desde la danza para entrar en relación. ¿La danza es solo la expectación de cuerpos virtuosos, bonitos vestuarios y producciones artificiales o podemos ofrecernos en posibilidad de facilitar una lectura de la complejidad cósmica, natural y humana?
¿Por qué la danza es una actividad esencial? Esencial sin marco legal. ¿Qué ofrece a la sociedad como para pensarnos indispensables? La sociedad esta enferma, los hospitales atiborrados de cadáveres. Cuál es el aporte de la danza a esta emergencia viral que ataca al cuerpo, pero también a la emergencia de la enfermad espiritual. Los danzantes sanamos los espíritus. ¿Por qué el oficio de la danza no puede ser reconocido, dignificado? ¿Solo somos entretenedores? ¿Podemos ofrecer algo más que la experiencia estética o intelectual de la danza? ¿Generamos conocimiento o nos regocijamos en nuestros mundos individualistas, manipulando la mirada del espectador para ser vistos?
Que leyes podemos aplicar para ser considerados dentro de la seguridad social, de la posibilidad de una pensión a los hacedores de la danza que han dedicado su vida a la actividad. Que leyes nos respaldan para considerar no solo la danza si no el arte como un derecho inalienable de la humanidad.
Desde donde se defiende el derecho a la danza, cuando el derecho a la vida es atacado y puesto en crisis. La danza no ocurre por sí misma, necesita cuerpos. Si nuestras danzas son patrimonio de la humanidad, porque los danzantes no son dignificados por su aporte a la diversificación humana. ¿Es la danza o a los danzantes a quienes habría que proteger como portadores de concomimientos intangibles que se materializan en el estado de danza? ¿Cuál es la entrada económica que se genera desde los danzantes de todos los géneros en el país? Liberación y democracia. ¿Cuál es la ganancia del turismo que se nutre de los danzantes del Perú, como para que no exista un fondo que pueda beneficiar a una comunidad de por más vulnerable y que ha permanecido en la precariedad de recursos descentralizados para el desarrollo de creadores e investigadores?
- Correspondencias en comunión: los danzantes en ABYA YALA
Hacer experimentación en danza, basados en una perspectiva deleuzeana que apuesta en el rizoma, requiere de buenos encuentros, en los cuales la potencia de nuestras actuaciones en comunidad, en colectividad, aumenta. La estrategia de nuestra gestión adoptó al nomadismo, como principio. Tomamos los espacios públicos de la virtualidad; como un manifiesto-presencial-digital, para decir: la danza sigue presente!
Deseamos que nuestra danza y las plataformas que gestionamos, sean una zona de resistencia. Muchos pueblos aún resisten, cantando y bailando, e así, operan, contra la dominación y la lógica del progreso. El líder indígena Ailton Krenak (2020), comenta el papel de la alegría, de este cuerpo que baila y canta;
Este canto y baile tiene una cualidad sensible, que no busca nada. No cantas y bailas algo. Una imagen que podríamos compartir es como la de un derviche: está girando, bailando por su cuenta y no se va a ninguna parte. Está centrando, buscando un eje en el que se vacíe la idea misma de tiempo y espacio. Es un movimiento que baila hasta poner a cero el espacio y el tiempo. Como si fuera un peón (de juguete). Y no es la búsqueda de algo, porque puede parecer que este baile busca una experiencia extática, como el carnaval. No es de esta danza y canto que estamos hablando. Puede ser también, ya que es una celebración y una fiesta, solo que es producida. Aquí estamos hablando de cantar y bailar, “suspender el cielo”, para establecer otras subjetividades, otros campos de experiencia sutil. Es como meditar. No es como algo que va acontecer más tarde. Es aquí y ahora”.
En la mesa de cierre del festival, compartimos el Manifiesto del II Cuerpo a Cuerpo, con un testimonio colectivo, que producimos juntos. Durante la semana de actividades, por medio de una herramienta lúdica y una plataforma digital, fuimos invitados a regalar palabras, o frases cortas, para aportar en la confección del Manifiesto, que disparó la pregunta: ¿POR QUE LA DANZA ES UNA ACTIVIDAD ESCENCIAL PARA LA VIDA Y LA SOCIEDAD?
Lo que se ofreció con este Manifiesto es una especie de banquete inmaterial. Remonta por ejemplo, el origen de las ofrendas afro-basileñas, que pueden ser encontradas en los cruces de las calles. En los tiempos de la colonia-esclavista; personas anónimas, dejaban en las esquinas y encrucijadas, un plato de comida, a veces cercado por velas, flores, y otros objetos, que podrían servir a quienes los encontraban, en su camino. Esta práctica sincrética que emerge en los ritos religiosos del candomblé, o de la umbanda, persiste en los días actuales. Antes, con el objetivo de alimentar a los esclavos fugitivos. Hoy, dotada de un carácter sagrado, donde la comida toma forma de agradecimiento y/o solicitud a los dioses.
El II Festival, es una ofrenda, una fiesta e un banquete. Por medio de la danza, pedimos a los ancestros danzarines, que sean nuestros guías, en la jornada de cada día y les damos las gracias. Como fue mencionado, nos inspiramos en la gran oleada espiritual que anunciaban los “taquionkoys”, los ancestros Incas, que reivindicaron la resurrección de las huacas, como lugar sagrado. El Taki Onqoy reformula las antiguas huacas y rituales que no son solo lugares y / u objetos sagrados, más la erupción y la expansión del movimiento, donde se observa que los cuerpos de los agentes se convirtieron en el lugar de culto (Martins, 2017). Ahora, esta lucha ritual, nos sirve de ejemplo-metáfora, para danzar nuestro proprio levante: ¡Ser un artista de la danza en los años COVID, es asumir la sublevación de los cuerpos, como sagrados! ¡El uno en el espejo del otro, el antepasado y el actual, lo efímero y lo eterno: A danzar ¡
- Manifiesto: DANZAR SIN FRONTERAS
Y estas son finalmente, solo algunas correspondencias, que bailan entre tantas líneas erráticas y que nos comprometemos a mantener vivas, danzando, antes, durante y después del Festival. Esperamos que, así como nos recuerda Walter Benjamin, nuestro manifiesto, sea “el texto que como el trueno, continúa resonando durante mucho tiempo” (Benjamin, in Berdet, 2018). Y que esta escritura de danza, viaje como las palabras-luciérnagas e imágenes-luciérnagas, de Huberman y Pasoline, dando testimonio, de las profecías, previsiones sobre la historia política, signos y símbolos, para que puedan evolucionar también, las imágenes-deseos, como sueños-relatos. A seguir nuestro manifiesto…
Danzando sobre ruinas, extasiados arden, los danzantes en neblinas, trastabillando y llorando, cayendo y cayendo, por lo precario de su sustento. Más como con otro aliento, que nos hace verlos más lento, se levantan cual cadáver hambriento, sin poder suspirar. Qué será de todos ellos, de todas ellas que desde el cuerpo rezan, por los males que nos aquejan, provocados por indiferencia y por querellas. Provocados por la avaricia del ignorante de la miseria. Que se incendien los cuerpos. Invoco la rebelión de los espíritus, que exploten los colores de la tierra. Danzaremos desde el vientre, la expresión de su voluntad”.
El Dialogo con los ancestros, nos conecta con el pulso de nuestra memoria, camino de conocimientos. Cuerpo y alma nuestros, para desahogar al ser. La danza es política, porque nos vuelve sensibles, permeables. Expresa sin palabras latidos diferentes, comunicación extra sensorial.
Un saber profundo del tiempo interno externo depende de la danza, estado de gracia para pensar desde el cuerpo la pureza y nobleza de nuestra madre tierra, madre muerte. En caso de dolor danza, el amor colectivo brinda salud y fuerza, su medicina tiene la bondad para liberarte, nos permite gritar con el cuerpo, catarsis que provoca silencios para sanar dolores y enfermedades, limpieza al sentir el sudor: ¡Tengo vida, danza es vida, mi alimento espiritual! Experiencia del entorno para re existir en Odara[4] y Armonía, espacio interno externo que da vida. Reflejo honesto de la herencia intrafamiliar: Ser uno es ser con otros. Abya Yala – Continente de Danzantes!”
_____________________
[1] Simone de Mello Martins (Brasil-1972). Bailarina y Directora del Cuerpo Fluctuante (Laboratorios Creativos para la Investigación de la Danza y del Butoh). Con Maestría en Danza y Especialización en Estudios Contemporáneos de la danza (UFBA). Licenciada en Danza por la Universidad Paulista de Artes. Codirectora del I y II Festival Internacional Cuerpo a Cuerpo de Cusco.
Orcid; https://orcid.org/0000-0003-4023-3450 Correo; cuerpofluctuante@gmail.com
[2] Carlos Iván Cruz Islas (Mexico-1984). Egresado de la primera generación de la licenciatura en Arte Dramático de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Director, actor e investigador del Grupo Cultural Internacional Teatro Cuerpo Social. Especialidad en el movimiento artístico Ankoku Butoh. Correo; cruzislascarlosivan@gmail.com
[3] Marisol Zumaeta Aurazo (Perú–1976). Danzante creadora y productora. Desde 2012 es parte del grupo fundador del Festival Warmikuna Raymi. Fue parte del núcleo creativo de Simbiontes del 2007 al 2019, parte de la delegación peruana de Artes Escénicas en MICSUR 2014 y 2016. Fundadora de Transdisciplinar escénicas, para el desarrollo de la danza desde Calca Cusco, codirectora del I y II Festival Cuerpo a Cuerpo.
Correo: transdisciplinarperu@gmail.com
Referencias
Baudelaire, Charles. Oeuvres Completes I. Paris: Gallimard, 1976.
Benjamin, Walter. Obras Escolhidas III: Charles Baudelaire, um Lírico no Auge do Capitalismo. São Paulo: Brasiliense, 1991.
Deleuze, Gilles e Guattari. Mil platôs: capitalismo e esquizofrenia. Rio de Janeiro: Editora 34, 1996.
Didi-Huberman, Georges. Supervivencia de las luciérnagas, trad. de Juan Calatrava, Madrid, Abada Editores, 2012.
_____________. Ante el Tiempo. Tradução para o espanhol: Oscar Antonio Oviedo
Funes. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora, 2005.
_____________. O que vemos, o que nos olha. Tradução Paulo Neves. São Paulo: Ed.34, 1998.
Martins, Fredson Pedro. Repressão e resistência nos Andes coloniais: o movimento Taki Onqoy. Métis: história & cultura, v. 16, n. 31, p. 245-274, jan./jun. 2017.
Viezzer, Moema e Marcelo Grondin. Abya Yala! Genocídio, Resistência, Sobrevivência dos Povos Originários do atual continente americano. Bambual Editora LTDA; 1ª edição, 2020.
Enlaces:
Ortega, Anna. Ailton Krenak: A Terra pode nos deixar para trás e seguir o seu caminho.2020.
https://www.ufrgs.br/jornal/ailton-krenak-a-terra-pode-nos-deixar-para-tras-e-seguir-o-seu-caminho/
Berdet, Marc. Como Walter Benjamin escrevia. 2018.
https://www.scielo.br/j/nec/a/K5NsLv96TvkTXFS4JmhqnBF/?lang=pt
Página virtual del II Festival Cuerpo a Cuerpo, 2021 https://www.facebook.com/cuerpoacuerpocusco
ANEXO
Intervención en el Mercado de Urubamba. Fotos: Cuerpo a Cuerpo – Miguel Palomino
Zoom transmitida en la clausura. Foto: Cuerpo a Cuerpo, 2021.
Afiche – Muestra Luciérnagas de la Video Danza – Cuerpo a Cuerpo, 2021.
Referencias de los autores:
[1] Simone de Mello Martins (Brasil-1972). Bailarina y Directora del Cuerpo Fluctuante (Laboratorios Creativos para la Investigación de la Danza y del Butoh). Con Maestría en Danza y Especialización en Estudios Contemporáneos de la danza (UFBA). Licenciada en Danza por la Universidad Paulista de Artes. Codirectora del I y II Festival Internacional Cuerpo a Cuerpo de Cusco.
Orcid; https://orcid.org/0000-0003-4023-3450 Correo; cuerpofluctuante@gmail.com
[2] Carlos Iván Cruz Islas (Mexico-1984). Egresado de la primera generación de la licenciatura en Arte Dramático de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Director, actor e investigador del Grupo Cultural Internacional Teatro Cuerpo Social. Especialidad en el movimiento artístico Ankoku Butoh. Correo; cruzislascarlosivan@gmail.com
[3] Marisol Zumaeta Aurazo (Perú–1976). Danzante creadora y productora. Desde 2012 es parte del grupo fundador del Festival Warmikuna Raymi. Fue parte del núcleo creativo de Simbiontes del 2007 al 2019, parte de la delegación peruana de Artes Escénicas en MICSUR 2014 y 2016. Fundadora de Transdisciplinar escénicas, para el desarrollo de la danza desde Calca Cusco, codirectora del I y II Festival Cuerpo a Cuerpo.
Correo: transdisciplinarperu@gmail.com
[4] La palabra Odara significa paz y tranquilidad, y es un término original de la cultura hindú. También tiene una gran importancia en la religión del Candomblé y Umbanda. Es además, una canción del cantante y compositor brasileño Caetano Veloso, compuesta en 1978. La música fue tema del II Festival Cuerpo Cuerpo, 2021.