En el marco de la exposición de arte contemporáneo peruano ComparArt, se realizó el viernes 24 de octubre el diálogo abierto “El Grafitti” con la participación del filósofo Martín Acero Vivanco y de los artistas urbanos Decertor, Faber y Trazo. Moderó la mesa César Delgado Wixan, miembro del equipo organizador de la muestra. El encuentro abordó la experiencia de los artistas y el impacto de sus obras en el escenario urbano. Aquí una breve  reseña de las principales ideas planteadas por estos tres exponentes del grafitti en Lima.

Informe de Fiorella López (*)

grafiteros

De izquierda a derecha: Daniel Cortez Torres (Decertor), Martín Acero Vivanco, César Delgado Wixan, Fabricio Medrano (Faber) y Paulo Virreyna (Trazo)

 

Daniel Cortez Torres, conocido como Decertor, contó que sus inicios como artista urbano se remiten al 2005, año en que comenzó  pintando retratos de iconos populares. Junto a ellos comenzó a pintar también a personas de la vida cotidiana, cercanas a su círculo o aquellos con los que se cruzaba por la calle: “pintaba lo que amigos y vecinos me decían. Es a partir de ahí que comienzo a tomar la figuración y el retrato como tema central de mi trabajo”.

             decertor2      Decertor1     decertor3

En relación a sus años de experiencia, señala que ha percibido mucha apertura por parte de la gente porque se transmite un mensaje positivo y se mejora una situación: “se trata de un hacer en el espacio público, transformando”. La expresión visual a través del grafiti tiene también esa responsabilidad, un sentimiento de responsabilidad que lleva al artista a transmitir un mensaje, a interpelar a través de imágenes que tienen un alto contenido simbólico a ciudadanos que muy difícilmente tendrían acceso a un museo o galería de arte. Para Decertor el grafiti es un tema de expresión, un impulso natural, un grito: “Ojo, no siempre es arte, tiene esa dualidad de ser “vandalismo puro o vandalismo artístico”. Por ello, considera que tiene que haber grafitti ilegal, porque es una forma de expresión, de manifestar algo con lo que no se está conforme.

 Si bien el muralismo se diferencia del graffiti por no ser considerado una práctica ilegal, Decertor cuestiona el hecho de que la crítica les ponga una etiqueta: “categorizarnos es un problema porque el tema es pintar simplemente”. Señala también que existe una adrenalina en el arte del grafiti, mientras que en la práctica del muralismo el nivel técnico es más alto debido al tiempo y las herramientas usadas. No obstante, considera que es necesario recordar que la pintura no es libre, está supeditada a múltiples factores, la pintura es parte de la arquitectura y de la cultura urbana, interactúa con ellas en un diálogo complejo.

Decertor manifestó finalmente que las personas más lúcidas que ha conocido en su vida son grafiteros. A pesar de esto, siempre ha trabajado individualmente, puesto que con la mayoría de personas no se ha sentido muy afín para unir sus respectivos lenguajes, a excepción de Elliot Túpac, artista gráfico conocido por confeccionar carteles chicha, con quien ha trabajado murales y participado en exposiciones.

Fiorella López es investigadora en las áreas de la filosofía política, ética, estudios de género, memoria y violencia política. Estudió filosofía en la PUCP, recibió el título de magíster en Estudios Culturales con su tesis: “Feminismos desde las fronteras. Repensando la emancipación femenina y la revolución en el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso”

Comparte!Share on Facebook0Tweet about this on TwitterShare on Google+0Email this to someone

Participa

Comentarios

Mostrar en Mapa Cultural