El desarrollo de la obra artística de Iván Sikic se inició la mañana del martes 3 de febrero con el llenando de arena, pala a pala, de un cuarto de la Galería Gonzalez y Gonzalez. Iván no recibirá ayuda de nadie y no hablará durante ese tiempo. Pasará las noches en un hotel de lujo. Luego de instalada toda la arena, Iván armará con las esteras una choza, y pasará la noche ahí. La instalación quedará abierta hasta el 27 de febrero de 2015. El siguiente texto es de Jorge López Canales a propósito de “Lima Linda 2.0” del artista Iván Sikic.
De las capitales mundiales situadas en el desierto, Lima es la segunda en extensión después de El Cairo. Como es el caso en muchas ciudades en desarrollo, no es fácil producir cifras tangibles que reflejen el total de su población, de acuerdo a cómo se mida, las cifras oscilan entre los 7 y 13 millones. Lo mismo ocurre con su extensión, el área del desierto costeño atravesada de los ríos Chillón, Rímac y Lurín, lo que comúnmente se denomina Lima Metropolitana, abarca una serie de poblados en constante proceso de expansión.
El imbatible crecimiento que ha transformado y re-definido Lima en los últimos 50 años se debe, en gran parte, a la gran presión urbana generada por la masa migratoria proveniente del interior del país que hoy conforma un 20 por ciento de su población, concentrada en las áreas periféricas. En estos páramos, donde el gobierno central sólo llega a manera de pintas y murales de campaña electoral, la expansión avanza de manera casi orgánica, en sucesivas invasiones de las áreas contiguas a los asentamientos humanos ya establecidos. Los vecinos se pasan la voz, dividen el área, plantan esteras, recaudan fondos y organizan faenas colectivas de trabajo trayendo la reciprocidad y redistribución propias del Ande milenario. De esta manera, pico y pala en mano, los nuevos limeños le van ganando al desierto.
Según la encuesta nacional de hogares, el 21 por ciento de las viviendas en Lima cuenta con paredes de material precario, un 16 por ciento tiene pisos de tierra. Esta es la inexorable e incómoda realidad que muchos limeños sólo logran atisbar a la distancia, camino a las playas del sur, o tal vez en un paseo hacia el norte chico. Trepando los áridos cerros, en las zonas más elevadas, se divisan las áreas recientemente invadidas. Así va creciendo nuestra ciudad.
Este constante desplazamiento humano es una preocupación recurrente del artista Iván Sikic, quien actualmente radica en Nueva York luego de once años en Melbourne, Australia. En esta oportunidad Sikic regresa a su Lima natal para presentar la segunda entrega de su serie Lima Linda. A fines de 2013 Sikic presentó la acción Lima Linda 1.0, donde por 70 horas ininterrumpidas, y en completo silencio, el artista asumió el rol de empleada doméstica ejecutando, una tras otra, las órdenes impartidas por ‘su patrona’, interpretada por el artista Félix Méndez. Esta vez Sikic ahonda su exploración de la geografía social limeña y nos invita al arenal, aquel que los limeños conocen o muy de cerca o, ya sea por ansiedades de clase o por simple carencia de imaginación sociológica, desde una distancia inmensurable.
La respuesta de Sikic ante esta impasible inercia es traer el arenal a la galería. En un gesto evocador de las tomas de tierra, Sikic toma posesión del depurado interior de la galería y lo transforma en desierto limeño. En este crudo suelo, en solemne silencio, erige su choza de esteras, la nombra con sus apellidos y reposa por una simbólica noche.
El gesto de llenar un cuarto de la galería se nutre de precedentes como Sun Flower Seeds (2010), en el que el artista y activista chino Ai Weiwei llenó el colosal cuarto de las turbinas del Tate Modern en Londres con 100 millones de semillas de girasol hechas a mano, en porcelana, por un formidable ejército de artesanos. Con este dramático gesto, Ai Weiwei trajo a la galería algo de las vidas de los millones de individuos desplazados por efecto de la globalización. En escala más íntima, pero no sin carga dramática, Sikic nos permite vislumbrar algo de los trabajos y tribulaciones de tanto limeño y limeña al otro lado de la grieta social.
No cabe duda que el Perú de hoy ha dado un vuelco tremendo en los últimos diez años. Mucho se oye hablar de orgullo nacional, mientras Lima se reposiciona como ‘la ciudad de los emprendedores’, y enhorabuena. Pero a pesar del optimismo reinante, es importante no perder de vista el hecho de que nuestro pasado de intervención colonialista, de ganadores y perdedores, sigue dividiendo a la sociedad peruana de hoy. Dado este contexto histórico, cabe traer a la memoria el trágico episodio del cuarto del rescate en el que el Inca Atahualpa, en un gesto de poder, creyó poder saciar la codicia del invasor con su inmensa riqueza. A manera de contraste, Lima Linda 2.0 llena un cuarto con la profunda pobreza del quehacer cotidiano en el inmenso desierto que nos rodea y, a través de su silencio, busca abrir un diálogo informado por el contexto de cada uno de los testigos de la acción.
Fuente: FB de Iván Sikic