Entrevista al pintor muralista ‘Pésimo’
Por: María Fajardo Barbachan/Fotografía: María Fajardo Barbachan [¹]
Visitamos “Art Lima 2019” y, en la galería Jade Rivera World, nos encontramos con Edwin Higuchi ‘Pésimo’ y su esplendido arte. Este artista peruano es muy conocido por intervenir las paredes de Lima a spray en mano, imprimiendo así su versatilidad y talento. ‘Pésimo’ continúa evolucionado en el ámbito artístico con su paso magnífico del muralismo a la pintura en lienzo. En esta nueva etapa artística conserva su esencia y estilo, manteniendo los colores intensos y dejando sin nombre sus obras de arte, tal como lo hace en el graffiti. Conversamos con él y conocimos un poco más acerca de sus inicios y su nueva etapa en la pintura sobre lienzo.
1. ´Pésimo´, coméntanos acerca de tus inicios en el graffiti, ¿cómo descubres esta pasión?
Yo vengo de una familia de artistas. Mis padres son artistas. Los dos artistas plásticos de bellas artes y mi hermana también. Mi otra hermana es bailarina. Yo soy el menor y siempre tuve la inquietud de dedicarme al arte, pero como que estaba un poco a la sombra de toda mi familia. Entonces, como que la calle fue un perfecto medio para hacer arte y pintar lo que quería, sin que me vieran.
Mis inicios se dan con mi familia, viendo a mi familia. Ese es mi referente. Luego, lo fue la calle con el graffiti, mi barrio y la gente que veía pintar. Un poco mezclar las dos cosas, con la experiencia de la calle y las ganas de hacer arte.
2.¿Qué sensación tuviste la primera vez que hiciste un graffiti?
Estaba muy chico. Yo empecé cuando tenía 13 años o 14. De eso ya más de 20 años. Fue como una travesura en realidad. Amigos míos hacían graffiti en el barrio y simplemente, yo quería hacerlo también. Me quise colar ahí con ellos y luego, empecé a salir solo también.
La primera sensación, fue y hasta ahora es la adrenalina. Como la sensación de estar haciendo algo ilegal, pero después viene esa parte del arte que ya es otra cosa. De hecho me gustan las dos. Pienso que las dos tienen su lado. Uno es como la energía, lo rápido y lo gestual, el graffiti; y lo otro, es más introspectivo, más el arte en sí, el pintar, la cuestión de pintar. Es más un reto con uno mismo.
3.Luego de muchos años de practicarlo, ¿qué significado tiene el graffiti para ti?
Yo pienso que el graffiti no es como una profesión, como decir “soy grafitero”. El graffiti es un movimiento. Es una actitud. Es como una postura ante el espacio público. Cualquiera puede ser grafitero, si es que tiene las ganas de hacerlo. Eso fue lo que hizo que yo tenga la energía de participar en la calle, estar en la calle, tener contacto con la calle, con los espacios públicos, con la gente y a partir de eso, con el mural y luego, con el arte en general.
Es algo popular. Cercano a todo el mundo. No necesitas comprarlo. Está ahí en la calle. Te pertenece. Si está en tu barrio, es tuyo. Entonces, una vez que el artista la pinta, ya no es de él, no. No es como esto (sus cuadros de la exposición) que de hecho es mío. Lo vendo a otra persona y le pertenece a esta persona.
En la calle no hay un medio, no. No hay una explicación. Entonces, la gente suele interpretar lo que quiere a través del graffiti. Así sea una palabra o así sea un mural gigante. Una persona ve lo que quiere ver. Si yo pinto esto en la calle, no hay nadie que te explique qué es lo que pasó. No es como en la galería de arte o en un museo. Entonces, la gente va a interpretar y va a sentir a través de eso.
4.¿Cómo fue tu educación artística?
Bueno, de chico con el graffiti empecé pintando con el spray, a los 13 o 14 años, sin ninguna preparación ni nada. Luego, cuando terminé el colegio postulé a la Escuela de Bellas Artes y estudié la carrera, pero no la terminé. Estudié un par de años, igual me sirvieron un montón.
Igual, como tenía una familia artista, siempre estuve bajo la mirada técnica de mis padres. No eran los clásicos comentarios de: “Qué bonito tu dibujo”. Eran como: “Oye, te falta acá tu composición, mira tu línea, el color, etcétera”. Para mí esa fue mi escuela y la escuela de uno mismo. De hecho, nada mejor que ver a otras personas, aprender de otras personas. Viajar me hizo aprender muchísimo. Ver otros artistas, en otros países, creo que ha sido la forma en que he aprendido.
5.¿Cómo descubres ese deseo por practicar la pintura a través del lienzo?
Siempre lo practiqué. En mi casa, bueno, siempre veía a mis padres. Nunca lo hice con mucho afán. Nunca perfeccioné mi técnica. Entonces, recién ahora hace algunos años que recibí una invitación de participar en una exposición individual en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, me dije: “Bueno tengo que pintar más”. Me encerré por un año en mi taller porque la invitación fue con bastante tiempo de anticipación. Entonces, pintando ahí sentí que le agarré el gusto a descubrir otro material, porque con el spray ya de hecho tenía una cercanía de años. En cambio con el acrílico en realidad he sido bien intermitente al trabajar con el pincel. Recién lo estoy descubriendo y estoy en ese camino que me fascina.
6.¿Qué diferencias encuentras entre el mural y el lienzo al momento de pintar?
Para mí es un proceso muy diferente. Al momento de pintar estamos en lo mismo, pero es súper diferente. Primero por la dimensión, en los formatos grandes de la calle se demanda un esfuerzo físico diferente, una energía diferente y no solo eso, sino también la calle, la energía que está en la calle, la gente, el barrio donde se esté pintando, la pared que se está pintando. Entonces, mi composición y mi trabajo van mucho de acuerdo a la pared que estoy pintando y al lugar. Hay paredes viejas, paredes que están con puertas y ventanas, o si hay plantas o si no puedo pintar muy alto. Entonces, todos los factores implican en tu diseño.
En cambio cuando pinto en el lienzo, yo escojo el formato y es una hoja en blanco para empezar a hacer lo que quiera. No hay límites en eso y para mí es como algo más introspectivo. Ya no influyen los elementos externos, sino lo que yo quiero decir. Entonces, es ya otro proceso más de meditación.
7.En la pintura en lienzo, ¿qué estilo, técnicas y colores te definen como pintor?
Pasa un poco que con el graffiti, suelo trabajar con colores intensos. Es lo que me gusta en la calle, como que causar primero un impacto, porque hay tanta información en la calle que primero tienes que poder impactar. Yo siento eso. Muchas veces parto de esa misma forma en los lienzos. Por ejemplo, en este cuadro (el artista señala la pintura de un hombre oriental entre cuervos), lo primero que se me vino a la mente fueron los colores. Era de noche en mi casa y vi los colores en mi cabeza. Los habré visto en algún lado y dije: “Tengo que hacer algo con estos colores”. Entonces, tenía un tema que quería utilizar con los cuervos y la composición fue los segundo.
Mi tema igual es muy figurativo. Es muy de creación de personajes, creación como de historias, como de leyendas o mitos. Mezclo mucho mi lado japonés y mi lado peruano, en esa estética se basa un poco los lenguajes que utilizo. Intento decir lo menos posible del mensaje porque me gusta como que la gente interprete mucho porque es lo que pasa en la calle. Pero en sí, siempre intento contar alguna historia a través de los elementos que utilizo, dentro de mis personajes y el gesto que utilizo con ellos.
8.¿Qué historia hay detrás de la pintura del “hombre oriental entre cuervos”?
Yo tengo una conexión especial con los cuervos. Cuando estuve en Japón un tiempo, tuve una convivencia con muchos cuervos en el área donde yo estaba. Me pareció un animal que espiritualmente era muy fuerte, muy místico. Me llamó muchísimo la atención la presencia de este animal y lo conecté mucho conmigo, con esta especie de no expresar mucho, pero tener mucho que decir. Era un animal que se me apareció y era como que no emitía ningún gesto, pero era bien lo que me transmitía. Bueno, intento un poco llevar eso a la obra y mezclarlo con una figura humana que me represente un poco a mí, como coexisten y como están juntos.
9.¿Qué proyectos se avecinan para ti?
Bueno, ahora estoy acá y después, estaré trabajando en unos proyectos de unos macromurales. Tengo un proyecto de un edificio de 10 pisos en Miraflores que estoy súper emocionado de hacer porque es algo bien grande. Ya tengo los permisos y ya tengo la producción para hacerlo, porque demanda bastante producción.
10.¿Qué mensaje le darías al público en general sobre la importancia que tiene el arte?
Bueno, que disfruten del arte nomás. O sea, si te gusta hacer arte, hazlo porque no hay nada mejor que hacerlo. La mejor forma de aprender es equivocándose. Prueba. Prueba todo lo que quieras, no tengas miedo porque de repente me ha pasado que me he quedado en la idea de hacer algo y veo que otra persona lo hizo, y digo: “yo lo pensé”. Lo mejor es hacer todo lo que puedas. Y si quieres solamente ver arte, míralo y disfrútalo que para eso es. El arte es algo que te conecta, que nos hace diferentes.
Vengan a las ferias porque hay muchas propuestas interesantes de muchos artistas. Yo primera vez que estoy en la feria “Art Lima” y de hecho, veo de todo. Así que vengan, que es interesante. A mí me motiva un montón a hacer muchas cosas más.
11.¿Qué te deja esta feria “Art Lima 2019”?
Una gran experiencia. Primero, por estar acá y ver que la gente se acerca, poder conversar con la gente, que me digan lo que opinan de mi trabajo que también me pasa un poco cuando pinto en la calle. Entonces, es interesante escuchar siempre a la gente y ver artistas de otros países y de acá también. Es buenazo.
[¹] María Fajardo Barbachan es Licenciada en Educación (PUCP) y comunicadora con experiencia en el ámbito editorial y el diseño gráfico. Actualmente, desarrolla proyectos de promoción cultural a través de la Asociación Cultural ¨Clap, clap, clap”.