Dos hermanas lucharán por vencer la soledad en la que se encuentran y construir juntas un lugar al cual pertenecer
“Ñaña” es un montaje escénico interdisciplinario basado en un testimonio de la vida real, que se repondrá por 5 únicas funciones, dentro del marco del Festival de Artes Escénicas de Lima (FAE 2018) en el Auditorio Británico Miraflores, con las actuaciones de Anahí de Cárdenas y Verony Centeno, y la dirección y dramaturgia de Claudia Tangoa.
Elisa es una joven de la selva que ha sufrido abusos físicos y psicológicos desde muy niña. Tras el abandono de su madre, es acogida por la familia de Lucy, con quienes intenta reiniciar su vida.
A través del relato de esta última se origina una serie de viajes por distintos espacios físicos y emocionales en la lucha por adaptarse a una sociedad ajena, reconstruir su memoria, y encontrar un lugar al cual pertenecer.
Desde un ambiente familiar y una mirada personal, “Ñaña” se acerca a problemáticas como la violencia hacia menores de edad, la desigualdad social y el abandono de las ciudades y pueblos en el interior del Perú, temas enmarcados en el concepto de orfandad.
La historia de Elisa interpela el rol de las instituciones del Estado: las comisarías locales, el programa de asistencia social, la educación básica y la administración de salud mental; estamentos que deberían velar por el bienestar de los ciudadanos.
En paralelo, la relación entre ambas hermanas permite reflexionar sobre la posibilidad de afrontar las problemáticas políticas y sociales descritas desde el rol ciudadano, comprendiendo la realidad y la historia del “otro” a pesar de las diferencias culturales.
“Ñaña” va por 5 únicas funciones, sábado 3 de marzo a las 5 p.m. y del 7 al 10 de marzo a las 8 p.m. en el Auditorio Británico Miraflores (Calle Bellavista 531, Miraflores).
La directora de “Ñaña”, Claudia Tangoa, nos cuenta: “Hago esta obra porque es una experiencia real que me tocó conocer de muy cerca. Hay muchas Elisas, no solo en la selva, también aquí en Lima. La violencia familiar es un mal cotidiano totalmente normalizado y que no debería ocurrir”.
“Cuento esta historia a través de Lucy, con el propósito de establecer un puente con el espectador: si bien todos escuchamos de estos casos en la televisión o en los periódicos, los percibimos siempre como algo lejano”, señala.
“Tal vez, esta obra pueda proponer una conversación alrededor del tema. ¿Qué estamos haciendo, no solo el gobierno, si no nosotros como ciudadanos frente a estos hechos? ¿Por qué nos es tan difícil generar empatía con otros peruanos o peruanas y asumir sus problemáticas como las nuestras?”, finaliza.