El 29 de abril es un día particular para todas las personas que hacen de la danza parte importante de sus vidas, ya sea como espectador o como practicante, y desde cualquiera de sus formas de expresión. Ese día celebramos con pasión que la danza hace parte intrínseca de lo que somos y compartimos, y entendemos que es importante comunicar ese valor beneficioso, para expandirlo.

Pronto también llega en el calendario el 1ero de mayo, fecha en que trabajadores y trabajadoras en el mundo reivindican sus derechos laborales, conquistas y capacidades organizativas y aportes en la construcción de valor. Los trabajadores de la danza también hacen parte y participan de ese día, con sus realidades, relatos y acciones.

¿Pero por qué hay tanto para celebrar en un día y tan poco en el otro? ¿Dónde están las claves para entender tamaña contradicción? ¿A quiénes les compete actuar en este problema y qué estamos perdiendo mientras pensamos en las respuestas?

Entendemos que la danza es una expresión de los derechos culturales que de manera compleja se desdobla en múltiples aspectos: prácticas sociales y colectivas, expresiones artísticas, campos de investigación y construcción de conocimiento, constitución de patrimonio inmaterial, producción de bienes y servicios, fomento de calidad de vida y promoción de la diversidad cultural. Comprendemos la importancia de la danza como expresión artística propia, con un lenguaje de acceso universal que se vive y se percibe en partes distantes y dispares del mundo, y como todo derecho cultural es prueba de libertad, democracia, no discriminación e inclusión, sin barreras ni límites.

Y, sin embargo, a pesar de que todos estos aspectos deberían constituir un impacto significativo, la realidad de su incidencia debería corresponderse con su peso institucional, la inversión en sus políticas de desarrollo, el equilibrio de profesionales en la cadena de valor, las apuestas a su investigación, la dotación de infraestructura, las garantías de presencia en todos los territorios y comunidades, su valor en la educación y formación de las personas.

Se hace necesario entonces enfocar el problema y entender las causas de esta contradicción, los desafíos que nos atraviesan, la necesidad imperante de ampliar el lente y emprender acciones facilitadoras para la construcción conjunta de un proceso integral de regularización de garantías laborales en el sector, que avalen condiciones de trabajo justas para creadores y personas trabajadoras de la cultura. Acciones que permitan avanzar y generar un mayor equilibrio entre el valor que se genera desde nuestro campo y las herramientas que se construyen para el cuidado, diseminación y desarrollo pleno del mismo.

Este es el gran motivo de celebración que hoy podemos plantear desde la Plataforma Iberoamericana de Danza, porque de todo esto somos al menos corresponsables, y esto nos motiva, mueve y ocupa en nuestra labor que entendemos compartida con todos los actores de la danza.

 

Viva entonces este día para inspirar, reconocer e incrementar el compromiso en la tarea que nos apela e integra al movimiento y la creación compartida.

¡Feliz día especialmente dedicado a los trabajadoras y trabajadores del sector, que con su vocación y dedicación sostienen la práctica de la danza!

 

Fuente: https://conexionespid.info/dia-internacional-de-la-danza-2024/

 

Programación de videos y documentales:

https://www.youtube.com/playlist?list=PL1d8vOTjCi4hmcsUAjPb3m4tz0ovIP6xd

 

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