En 1979, la gran dramaturga y actriz, Delfina Paredes, escribió una obra teatral muy particular que retrata desde varios niveles de realidad, a la manera de cajas chinas, la historia de un grupo de trabajadores de un ministerio peruano en medio de una crisis laboral. La obra nació del taller que ella realizó con trabajadores del Ministerio de Economía y Finanzas; ganó un premio importante en 1980, pero desde entonces ha permanecido inédita. Luego de 36 años, su nieto Martín Velásquez ha puesto en escena esta importante obra. Como todas las obras de Delfina, es un dardo directo a los más complejos problemas estructurales del país. ¡Imprescindible! Aquí una entrevista al director de “Nosotros los burócratas” que se presenta en la AAA (Jr. Ica 323, Cercado de Lima) de jueves a domingo a las 8pm.
¿Cómo llegas al texto de “Nosotros los burócratas” y qué te motivó a representarla?
Yo leí esta obra de casualidad. Delfina es mi abuela y me pidió ayuda para digitalizar 3 obras y entre ellas “Nosotros”. Fue la primera vez que la leí. Yo me dedico al teatro y estaba buscando una obra para mi primera dirección. Principalmente me gustó que es una obra que dice mucho, que es inédita en el escenario, que compromete un grupo grande de actores y actrices, un obra de mi abuela y es una obra política, de alguna manera contestataria. Me pareció tan actual que me dije, esta obra tiene que hacerse ahora, por más que hayan pasado 30 años desde que se escribió.
¿Qué fue lo más difícil en la representación misma de la obra?
Es una obra que plantea varios niveles de realidad. Está la realidad de los actores, la realidad de los personajes que representan, a su vez su vida, y otra realidad, que es la de las improvisaciones, donde improvisan sus desayunos. El mayor conflicto está entre la obra que han ensayado estos trabajadores del Ministerio y la realidad suya y el miedo, la inseguridad total de ser despedidos, que es lo que están representando: finalmente su propia vida.
¿Cuáles son los personajes claves?
Los personajes son burocratitas que trabajan en el ministerio. Hay personajes claves como el conserje del edificio que me parece que es el alma de todos ellos, es el personaje rezagado, el del margen, el que limpia los pisos, el “nadie”. Otro personaje clave es el jefe de este departamento de burócratas a quien todos temen, en particular este día porque es cuando están entregando las cartas de despidos.
Los temas de los que escribe Delfina están en referencia a los problemas estructurales del país y de la historia nacional. En este caso, ¿cuál es ese gran tema que para ti resalta como tema de reflexión de actualidad?
Básicamente la injusticia y el sistema laboral en nuestro país. Lo que he querido plantear es mostrar la obra en la época en la que fue escrita, creo que eso ayuda al público a identificarse y darse cuenta que los problemas que acontecieron hace mucho no han cambiado mucho y todavía hoy nos golpean.
El proceso de investigación, ¿cómo ha sido este proceso?
Hemos trabajado con Luis Rodriguez Pastor, investigador, sociólogo de San Marcos que también está muy vinculado al teatro. También nos informado sobre el contexto sociopolítico del país por aquellos años, los gobiernos, los temas laborales, los regímenes que precedieron al momento de la escritura de la obra.
Cuéntanos sobre el elenco que te acompaña.
Todos son amigos muy cercanos y estoy muy gratificado con ellos, su talento. Me he dado cuenta que en este equipo se juntan varias escuelas de arte del medio local. Todos son jóvenes interpretando personajes mayores con gran versatilidad. Somos un grupo bastante entregado. Están: Herbert Corimanya, Franco Iza, Rocío Montesinos, Miriam Guevara, Fabio Portocarrero, Emily Yacarini, Franccesca Vargas, David Huamán, Paola Chacaltana y Omar Velásquez.
¿En el trabajo con Delfina, la autora de la obra, seguramente se realizaron ajustes, cuáles fueron?
Yo he recortado un personaje que me parecía redundaba y cuando lo consulté con Delfina hemos terminado por fusionarlo con otro personaje. Luego Delfina, al releer la obra, reescribió una escena en particular porque quería mostrar otros matices, otra mirada, habiendo pasado más de tres décadas- se dio cuenta de varias cosas que quiso resaltar en el montaje que ahora presentamos.
¿Qué temas políticos en específico pone en escena, e discusión, en debate la obra?
El oportunismo. Se evidencia en los personajes, en el jefe, por ejemplo, en una escena de una llamada telefónica donde se le escucha hablar con otro compinche que está metido en cargos más elevados y pidiéndole un huequito para poderse acomodar ya que se viene una poda, una movida laboral, entonces está tratando de ubicarse bien. El tema de los despidos está tan vigente, ahora mismo en los cambios de gobierno, como el departamento cultural de la Municipalidad de Lima que ha sufrido una poda.
¿Cómo ha sido tu acercamiento a los burócratas, en el proceso de acercamiento a esta realidad?
Hemos ido a algunos Ministerios a sentir el ambiente. Hemos ido al Ministerio de Trabajo, al Ministerio de Economía y hemos sentido un ambiente cargado. Yo mismo he trabajado en oficinas y siendo de una tendencia artística sentí el estrés más fuerte, el cumplir una rutina estar mecanizado y vivir en ciertas condiciones que te automatizan.
¿El perfil de público que esperas?
Me gustaría que vayan particularmente los estudiantes universitarios, pre-universitarios y colegiales, es el público al que me interesa hablarles con esta propuesta.
De jueves a domingo, a las 8pm (Del 30 de abril al 31 de mayo)
Asociación de Artistas Aficionados (Jr. Ica 323, Centro Histórico de Lima)
Entrada general: S/.25
Estudiantes, niños y jubilados: S/.15
Docentes: S/.10
(Entradas en la boletería del teatro)
+ información en: AAA