¿Cuál es el panorama de las artes en el país y el desafío de fortalecer su potencial crítico? A continuación las reflexiones del maestro Mario Acha sobre la condición del arte en la escena contemporánea.
Por Gisselle Giron*
Entre lo estético, lo artístico y la necesidad de hablar sobre los centros educativos artísticos en el Perú
La muestra “Grietas contemporáneas” es una investigación visual y múltiples instalaciones que presenta un análisis visual de 116 años, 5 ó 6 generaciones de artistas, de arte en el Perú y el mundo, que se ha visto marcado por la violencia, espectacularización mediática y la solidificación del circuito de bienales y ferias.
Coincidiendo con el onomástico número 100 de Juan Acha, su hijo el artista Mario Acha Kutscher reflexiona sobre algunas de las posturas de su padre, y cuan relevantes siguen siendo en la contemporaneidad. Mario explica que uno de los principios del teórico latinoamericano es la clara distinción entre lo estético y lo artístico: “Una cosa estética es una cosa que me produce cierta belleza o una cierta emoción a través del gusto, una puesta de sol, una flor, una mujer bonita, un carro último modelo. Mi gusto va a depender de mis referencias estéticas y mi cultura me va a formar en este sentido…Pero junto a la estética, que es el gusto, Acha dice que está lo artístico. Lo artístico se nutre de una línea de tiempo. Es decir, yo tengo que conocer que es lo que se hacía antes. Y cuando digo antes no digo remontarme a las cavernas, o al renacimiento, o a Miguel Ángel, o Leonardo Da Vinci porque son épocas que son tan lejanas y ya no las entendemos, pero sí podemos remontarnos a tres generaciones anteriores, nuestros abuelos y bisabuelos.”
La exposición muestra una extensa línea del tiempo expresada en un gran ordenado collage de imágenes. En Camino del arte contemporáneo, entre violencia y espectáculo coexisten cuatro diferentes temporalidades. En lo más alto vemos los referentes al mundo del espectáculo en forma de actrices que marcaron la época. En la segunda línea vemos la violencia representada por imágenes de niños sometidos al contexto de terror a lo largo de estos 116 años. La tercera línea está basada en la mega-compilación de Arte desde 1900 de los historiadores de arte Hal Foster, Rosalind Krauss, Benjamin Buchloh y Yve-Alain Bois. En la cuarta, vemos imágenes referentes al contexto artístico peruano. Acha Kutscher explica que eso sólo al manejar este conocimiento arte histórico, tanto del contexto global como el local, que él puede identificar este cambio entre la figuración, hacia el color, hacia la abstracción y la emergencia del conceptualismo. En ese sentido, Camino del arte contemporáneo es una instalación educativa que propone un experimento cronológico hacia la reflexión del horizonte del arte, en base a lo formulado en un pasado político-social, tanto como artístico.
Mario explica que la decadencia del arte crítico se debe analizar en diferentes niveles, uno de ellos es el nivel educativo. Nos invita a preguntarnos: “¿Qué está pasando en las escuelas de arte? ¿Qué está pasando con la academia? ¿Qué les están enseñando a los alumnos? ¿Qué valores les están imponiendo? ¿Qué manera de investigar tienen?” Él nos cuenta que desde su experiencia propia él ha evidenciado como fotógrafos obtienen un título sólo después de haber estudiado un año, y que estos carecen de conocimiento histórico como técnico sobre su práctica fotográfica y relegan este trabajo ya sea al curador o editor de sus obras. El recuerda la investigación de Juan Acha, quién concluyó que para que un artista pueda llegar a proponer algo sólido, éste debería haber pintado al menos 200 cuadros, que “significa 10 años de trabajo, probablemente” Es decir, cifra inalcanzable con tan sólo un año de estudios.
Agregadores de Valor y las visiones de la producción artística en el Perú frente a la producción artística global
Acha Kutscher reconoce que las bienales y ferias de arte le han otorgado al artista la facilidad de exhibir en múltiples ciudades del mundo. En ese sentido hay menos fronteras, “aquí no más las ferias que se están por abrir, en ARTLIMA y PARC vienen extranjeros, cubanos, van a venir venezolanos, europeos, porque el mundo se ha convertido en eso.” Sin embargo, también piensa que estos espacios funcionan como agregadores de valor que han cosechado e institucionalizado cierta comodidad en las actitudes de un gran porcentaje de artistas. El deseo de criticar y cambiar paradigmas, así como reformular hipótesis en cuanto a forma, ha disminuido severamente a partir de la explosión de bienales y ferias de arte en el marco global. “El mercado ha ido domesticando esa rebeldía que tenía el artista, y se ha vuelto una persona bastante conformista, sin mayores pretensiones a mostrar su obra de arte en una galería o una bienal.”
El artista explica que “en Perú estamos en una carrera por conquistar las bienales internacionales y asemejarnos un poco a línea del tiempo occidental, yendo un poco a contra-corriente en lo que se hace en otros países con culturas fuertes y poderosas.” Sin embargo las ferias, por su misma función comercial, son espacios inapropiados para preguntarnos sobre los horizontes de la producción artística; “Si lo que vamos a hacer es un inventario del mundo o si va ser una terapia del mundo, si tengo problemas de género, o si va ser un juego o una propuesta, si la cosa va ser tan táctil o va ser óptico, o conceptual. Son grandes interrogantes que en algún momento dado vamos a tener que contestar pero indudablemente no son las bienales ni las ferias que van a contestarlas.”
Responsabilidad social y el artista contemporáneo
Maria Acha piensa que en “este momento el arte está en una encrucijada, está en un camino que no tiene fin o perspectiva. No solamente eso, sino que el arte se desarrollan en varios contextos sociales y políticos muy complejos que se ha venido llamar modernidad.” El ve su exhibición y sus diferentes instalaciones como una serie de objetos e imágenes “que dialogan entre sí”, en este sentido “la idea es que se le presente al espectador una relación museográfica de cosas, exactamente como sucede en un museo cuando uno va a ver cosas antiguas. Sólo que en este caso estamos hablando de culturas modernas, actuales, 2016, donde la cosas se dan en nuestro contexto.” Esta presentación de una compleja sociedad perseguida por la especularización de la violencia perpetua y el empaquetado humano de seres orientados al consumo, es la dimensión socialmente responsable del trabajo de Acha Kutscher.
El artista se pregunta “¿Dónde están los grandes problemas en el arte contemporáneo?” Acha no aspira a ver artistas “tipo salvador del mundo, sino que de alguna manera estos problemas tienen que estar inmersos en su obra, una preocupación respecto a donde vamos, de qué partimos, qué hacemos. No es una inspiración divina, no es que me siento y que del cielo me cae una inspiración y salió la obra de arte. No, la obra hay que trabajarla. Trabajarla, significa conceptos y conceptos significa estudios. Y estudios significa conversar con gente, estudiar. Es un trabajo arduo, duro si es que quiero ser un profesional del arte medianamente serio.” En otras palabras, son las problemáticas globales ausentes en las obras de arte contemporáneo las cuales nos remiten una vez más a Juan Acha, que nos dice “Lo artístico es optativo y requiere educación previa.” En “Grietas contemporáneas”, Acha Kutscher nos invita a aprender, reflexionar y acompañarlo en el ejercicio crítico del pensar en el arte como una práctica social y política.
Aquí, el vídeo de la visita a la exposición “Grietas Contemporáneas: Arte, Sociedad (Versión 1)” y las reflexiones del artista Mario Acha:
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*Colaboradora de INFOARTES, es egresada de Historia del Arte y Teoría de la Universidad de Essex, Colchester.