Ananda Cohen Suarez (Michigan-Estados Unidos) y Raúl Montero Quispe (Cusco-Perú) son co-autores del libro Pintura colonial cusqueña: El esplendor del arte en los andes, publicado en Lima en el año 2015. El libro abarca los siglos XVI hasta XIX. Una gran cantidad de estas obras han sido reproducidas por primera vez para esta investigación, revelando la diversidad estilística e iconográfica de la pintura durante este periodo histórico. Considerado por los autores como un “museo virtual”, el libro brinda aspectos hasta ahora desconocidos sobre la pintura colonial cusqueña, reuniendo descripciones y ensayos de reconocidos historiadores de arte colonial peruano y latinoamericano.
A continuación, presentamos una entrevista donde Ananda Cohen nos habla sobre la importancia de la iconografía como herramienta para la interpretación del arte colonial y el proceso de realización de esta investigación, en la cual la fotografía ha jugado un papel crucial.
Entrevista de Fiorella López (*)
Cohen, especialista en historia del arte latinoamericano, con énfasis en arte colonial andino, es también co-autora de Handbook to Life in the Inca World (Facts on File, 2011). Actualmente, se desempeña como docente del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Cornell en Estados Unidos y acaba de publicar su tercer libro, Heaven, Hell, and Everything in Between: Murals of the Colonial Andes (University of Texas Press, 2016), el cual explora el contexto político-social de las pinturas murales realizadas en iglesias de zonas rurales en la ciudad de Cusco. Por su parte, Montero Quispe, fotógrafo profesional, ha trabajado durante 5 años como fotógrafo de bienes artísticos en el Arzobispado del Cusco. Ha ganado numerosos premios de fotografía, y es fundador de Haynanka ediciones y de la productora Haynanka Studios. Ha participado también en distintas publicaciones. Pintura Colonial Cusqueña: el esplendor del arte en los andes es el primer libro donde participa como fotógrafo y autor de algunos de los textos. Pintura colonial cusqueña: el esplendor del arte en los andes abarca los siglos XVI hasta XIX. El principal objetivo del libro ha sido contribuir al conocimiento de una variedad de pinturas ubicadas en la ciudad del Cusco, distribuidas en diversos lugares tales como museos, iglesias, monasterios, capillas y colecciones particulares, muchas de las cuales resultan de difícil acceso.
La historiografía de la pintura colonial cusqueña es muy rica y se extiende desde las décadas de 1910 y 1920, con los primeros estudios llevados a cabo por los argentinos Ángel Guido, Mario José Buschiazzo y Martín Noel, así como los peruanos José Uriel García y Felipe Cossío del Pomar. Ellos, quienes se ubican entre los primeros investigadores del arte colonial cusqueño, diseminaron sus estudios en las revistas indigenistas como Amauta y Kuntur. El contexto de sus descubrimientos era de rescate y preservación. Durante esta época de la formación de una identidad nacional centrado en la figura del indígena, los artistas y pensadores estaban intentando ubicar una esencia del espíritu nacional dentro de las bellas artes, a pesar del anacronismo inherente en su búsqueda. Este “redescubrimiento” del arte colonial marcó un momento originario en su estudio sistemático.
También hubo un fuerte interés en el arte colonial andino durante las décadas 40 y 50 entre los estadounidenses, con las importantes publicaciones de George Kubler y Martín Soria, Pál Kelemen, y Harold Wethey. Las contribuciones al estudio de la pintura colonial cusqueña durante las últimas décadas han aumentado bastante, enriquecidos especialmente por los importantes estudios de José de Mesa y Teresa Gisbert. Su Historia de la pintura cuzqueña, publicado inicialmente en 1962, con una segunda edición revisada en 1982, permanece como el estudio más importante y abonado sobre la pintura colonial de la región cusqueña. Hay muchos más autores que forman parte de esta historiografía que no se puede mencionar aquí por cuestiones de espacio, pero que se encuentran en la bibliografía de nuestro libro.
En este contexto ¿Cuáles consideras que son los aportes que el libro brinda a la historiografía del arte peruano?
Este libro se inspiró a través de muchas conversaciones con Raúl sobre el arte colonial y las oportunidades que existen para difundir esta rica tradición artística a una audiencia diversa, compuesta no solamente de académicos sino del público en general. La realidad es que pocos libros existen sobre el arte colonial con una fina atención a estos dos tipos de lectores, y aún menos que están sustancialmente ilustrados para facilitar un análisis y comparaciones visuales entre diferentes pinturas. Por eso, este libro sirve principalmente como un recurso complementario a los numerosos estudios valiosos ya existentes sobre la pintura colonial cusqueña. Creo que su mayor contribución reside en la diversidad y la gran cantidad de las pinturas incluidas, algunas nunca antes publicadas y otras que solo están reproducidas en libros antiguos, en su mayoría con una reducida calidad fotográfica y en blanco y negro. Esperamos que el libro mismo pueda inspirar el lector a perseguir su propia investigación sobre alguna pintura u otra a través de este libro. Hay mucho más por hacer en cuanto a investigación, análisis, e interpretación iconográfica y simbólica de la pintura colonial cusqueña. Las nuevas generaciones de estudiantes y amantes del arte son claves para continuar esta el valioso trabajo de profundizar nuestro entendimiento sobre la historia del arte andino.
Además, es importante destacar que en el libro encontramos una diversidad de perspectivas académicas. Para realizar este estudio, organizamos un equipo de contribuidores de varias universidades, incluyendo la Universidad de Florida, Brooklyn College (Nueva York), Cornell University (Nueva York), y Marywood University (Pennsylvania). Así, contamos con el apoyo de la Dra. Maya Stanfield-Mazzi, Dra. Christa Irwin, Dra. Lauren Kilroy-Ewbank, Lic. Leslie Todd, Lic. Macarena Deij Prado, Lic. Marcela Varona Carrillo y Lic. Hannah Ryan, en las descripciones y algunos ensayos incluidos en el libro, cada uno con una especialización en diferentes aspectos de la cultura y el arte colonial latinoamericano. Además, el Dr. Miguel Arisa, también especializado en arte colonial, gentilmente ofreció sus servicios de la traducción del inglés al español y viceversa.
Nuestra meta fue destacar una variedad de pinturas ubicadas en la ciudad del Cusco y sus alrededores, muchas de las cuales se encuentran en iglesias con acceso limitado en regiones lejanas. De cierta manera, podemos considerar el libro como un “museo virtual” que permite una mirada comparativa entre las pinturas coloniales distribuidas en diversos lugares, incluyendo los museos, las iglesias, monasterios, capillas, y las colecciones particulares. En nuestro trabajo, el análisis de la iconografía de cada pintura fue una herramienta importantísima para su interpretación. Por ejemplo, la repetición de ciertos símbolos a través de varias pinturas nos señaló la posible intervención del mismo artista, o alternativamente, que este grupo de pinturas fue producido en el mismo taller. El cuidadoso análisis visual de las pinturas nos puede revelar aspectos de su creación y su valor cultural, estético, y religioso. Tales imágenes, llenas de poder, jugaron un rol crucial en la vida espiritual y social de las comunidades andinas, desde la época colonial hasta nuestros días.
Con respecto a los cambios y transformaciones de la iconografía cusqueña durante la época colonial ¿Cuáles han sido los principales hallazgos de esta investigación?
Durante el proceso de investigación, hallamos aspectos desconocidos sobre la pintura colonial cusqueña, especialmente —para usar un solo ejemplo— la existencia de una serie de cuadros fascinantes fechados en los fines del siglo XVI o inicios del siglo XVII pintados por el importante artista italiano Bernardo Bitti en el templo de Rondocan en la provincia de Acomayo. Aunque hay unas pequeñas publicaciones sobre esta serie de pinturas, este libro es el primero en incluir la serie completa de calidad fotográfica imprescindible. Algo que también notamos durante el proceso de armar y escribir el libro fue el uso de los mismos grabados europeos para diseñar diferentes pinturas. Aunque informadas por el mismo grabado, estas pinturas tienen sutiles detalles y composiciones que les dan un sabor único, demostrando la creatividad de los pintores andinos.
La organización del libro permite una mirada de la transformación de la estética cusqueña a través de las vicisitudes de la época colonial, empezando con un estilo más manierista y académico durante el siglo XVII, transitando a una expresión más popular e idiosincrática en el siglo XVIII e inicios del XIX. Pero aún más importante, nos hemos dado cuenta de la diversidad estilística e iconográfica de la pintura colonial cusqueña; estamos enfrentados por un cuerpo de imágenes marcado por su eclecticismo, mostrándonos los diferentes gustos y preferencias entre los mecenas del arte durante el período colonial. A veces, en nuestro afán por la periodización de la pintura para formar un ente narrativo coherente, olvidamos la simultaneidad de muchos de estos movimientos estilísticos como el manierismo, el llamado “barroco andino”, el neoclasicismo, etc.
¿Qué papel ha jugado la fotografía en la conservación y reproducción de las obras para este trabajo de investigación?
Cuando nos propusimos realizar el libro “Pintura Colonial Cusqueña”, unos de nuestros objetivos principales fue reproducir las obras de arte lo más fielmente posible y que, a diferencia de muchas investigaciones publicadas sobre la pintura colonial, las imágenes sean las estrellas del estudio. Más de 158 imágenes casi a página completa convierten este libro en una especie de catálogo de un museo virtual de la pintura en los Andes del sur peruano. Es en este contexto donde la fotografía se convirtió en la piedra angular de nuestra investigación, dejando de ser mero instrumento comunicativo para convertirse en una evidencia del estado de la obra de arte. Por tal motivo, llevamos con nosotros equipos fotográficos de iluminación e interpretación de color especiales para cada caso y debido a lo cual, gracias al avance de la tecnología, pudimos registrar las obras de arte en alta definición, algo que era un sueño un par de décadas atrás.
En nuestro periplo fotografiamos para este libro más de 600 obras de distintos lugares de la provincia de Cusco y Puno y sus alrededores. Sin embargo, por el formato del libro solo nos fue posible incluir un poco más de 158 imágenes debidamente seleccionadas. Nuestro objetivo fue buscar la fidelidad de la fotografía con respecto a la obra original, creando un registro en nuestro tiempo para la conservación futura y acercar estas obras de arte, muchas veces en iglesias de pueblos con un acceso muy limitado por la geografía, a investigadores, estudiosos y entusiastas de la pintura colonial cusqueña.
FICHA TÉCNICA DEL LIBRO: Pintura colonial cusqueña: el esplendor del arte en los andes
Lima: Haynanka Ediciones, 2015
Número de páginas: 200
Tamaño: 30 x 22.5 cm.
Presentación: Tapa dura en dos idiomas: español e inglés
Puntos de venta:
El libro se encuentra a la venta en las siguientes librerías: El Virrey, La Familia, Kuskan y Génesis.
En paginas online: www.karnobooks.com / www.librosperuanos.com/
Además, existe una versión del libro en Aplicación para Ipad:
https://geo.itunes.apple.com/us/app/paintings-colonial-cusco-artistic/id1049669569?mt=8
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Fiorella López es investigadora en las áreas de la filosofía política, ética, estudios de género, memoria y violencia política. Estudió filosofía en la PUCP, recibió el título de magíster en Estudios Culturales con su tesis: “Feminismos desde las fronteras. Repensando la emancipación femenina y la revolución en el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso”