Los datos obtenidos en el informe ponen de manifiesto dos tendencias de enorme importancia. La primera, la satisfacción de la población con la oferta cultural pasada y sus aún superiores expectativas con la de los años futuros. La segunda, que apunta a las significativas diferencias que aparecen en función de la edad, del contexto sociocultural y del nivel de estudios: las personas mayores, las que viven en niveles económicos y sociales bajos y las que tienen menos estudios participan de forma más limitada en las actividades culturales, tienen una menor valoración de la oferta existente y sus expectativas futuras son más reducidas.
La “Encuesta latinoamericana de hábitos y prácticas culturales 2013” analiza los hábitos de consumo de cultura en una gran variedad de dimensiones: lectura de periódicos y libros, televisión, radio, cine, teatro, vídeo, música, la utilización de computadoras, el acceso al correo electrónico, Internet y redes sociales, las visitas a lugares del patrimonio cultural, la celebración de eventos culturales, la asistencia a conciertos y, en general, el acceso a los bienes y servicios culturales y su participación en ellos. Al final, se plantean dos preguntas de especial interés: ¿cómo valora Ud. la oferta cultural realizada en su país en los diez años anteriores? ¿Qué expectativas tiene Ud. sobre la oferta cultural en los próximos diez años? El estudio se elaboró y desarrolló a lo largo del año 2013 y este informe final se preparó en el primer semestre de 2014.
Los datos obtenidos en este informe ponen de manifiesto dos tendencias de enorme importancia. La primera, la satisfacción de la población con la oferta cultural pasada y sus aún superiores expectativas con la de los años futuros. Una valoración que se produce incluso cuando existen limitaciones significativas en el gasto público dedicado a la cultura, si bien la esperanza de su incremento en los próximos años puede ser una de las razones de la mayor valoración del futuro.
La segunda conclusión apunta a las significativas diferencias que aparecen en función de la edad, del contexto sociocultural y del nivel de estudios: las personas mayores, las que viven en niveles económicos y sociales bajos y las que tienen menos estudios participan de forma más limitada en las actividades culturales, tienen una menor valoración de la oferta existente y sus expectativas futuras son más reducidas. No es extraño, por tanto, que los países con menor desarrollo económico y educativo muestren, salvo excepciones que merece la pena analizar, una menor participación en las actividades culturales.
En el acceso a la cultura se manifiestan también, aunque con menos intensidad, las desigualdades económicas y sociales presentes a lo largo y ancho de Latinoamérica. Es un dato que resume bien uno de los mensajes centrales del informe: la cultura puede ser un lugar de encuentro y de inclusión social de todos los ciudadanos y todos ellos la valoran de forma positiva. Sin embargo, aún se manifiestan notables diferencias por razones del nivel social y educativo de las personas.
Esta conclusión subraya la importancia de que las políticas públicas contribuyan a suprimir las barreras que generan esta distancia y a multiplicar su oferta hacia estos colectivos para facilitar su acceso y su participación en las actividades culturales. Este compromiso va a exigir, sin duda, mayores recursos y posiblemente nuevas estrategias que se adapten mejor a los intereses y sensibilidades de estos sectores de la población.
Fuente:
Texto escrito por Álvaro Marchesi Ullastres, Secretario General de la OEI.
Link de descarga del documento (extraído de la web de publicaciones de la OEI): Encuesta Latinoamericana de Hábitos y Prácticas Culturales 2013
Consulta los gráficos por capítulos de la “Encuesta latinoamericana de hábitos y prácticas culturales 2013” tablas por Capítulo – Encuesta de hábitos y prácticas culturales 2013.
Revise la infografía desarrollada por El País.