Categoría: Los celos y el deseo de los hombres (actitudes)
Localidad: San Juan Bautista
Año: 2006
Región: Ica
Relator: Teodoro Espino
Provincia: Ica
Recopilador: Juan Alberto López
Distrito: San Juan Bautista

Bueno, según la historia del Cerro Brujo, yo tendría que contarle algo al respecto de que mi padre que aún vive –tiene 76 años– me cuenta que hace muchos años había una familia de condiciones humildes que trabajaba en unos terrenos de unos señores, justamente en los terrenos del finado, mi abuelo Daniel Palomino; y ese señor tenía una bebita que se llamaba Rosita y esta niña un día se desaparece de su casa y no la encuentran. Entonces comienzan a seguirle su rastro, y el rastro encaminaba hacia el cerro, hacia el Cerro Brujo, que por nombre lleva eso. Entonces la gente se agarró, se agrupó, un grupo más o me nos de seis, siete personas, y se fueron al rastro, rastreando por donde había caminado la niña.

Eran un aproximado de ocho de la noche y se les pierde el camino. Entonces ellos se regresan y cogen linternas, lámparas y se van nuevamente. Y para esto había un chino en Pampahuasi, un tal Campos, César Campos, y ese
señor tenía una tienda y les dice: “Señores, e n mi pueblo, también allá (donde él vivía, seguramente en la China), también cuando se pierden niños van así a buscarlos, pero hay que llevar lata, para hacer bulla, hay que llevar perros, para que peleen entre perros, entonces para que el cerro pueda dejarlos porque si no lo desaparece en cuerpo y alma”.

Y les regala una botella de pisco, y la agente se va, se entusiasma, va. El cerro es bien alto, es un pico bien elevado. Y en la parte de atrás, ahí encuentran a la niña. Ha pasado por unos caminos feos, por unos caminos feos.

Y encuentran a la niña con un pocillo, y en el pocillo llevaba mote, que nosotros llamamos al maíz cocido mote; estaba comiendo, y una rosa de un tu no. Y encuentran a la niña, más o menos en un aproximado de las once de la noche, de noche ya, y le dicen: “Mamita y ¿quién te trajo acá?” Y la niña responde: “A mí me trajo mi mamá, me dijo ‘vamos hijita’, me trajo, he venido con mi mama yo”. Entonces ellos la traen a la niña y la tienen ahí contentos. Y pasa un tiempo y la niña deja de existir, no pasó ni u n mes ni treinta días, la niña falleció. Y ese cerro es encantado, se llama Cerro Brujo (…)

Fuente: Voces de la tierra, relatos sobre montañas y lagunas. Serie Tradición oral del Perú, volumen 1. 2010, INC

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