Evento vinculado:
Orquesta Sinfónica Nacional del Perú
Concierto del Viernes 15 de julio del 2016 (8:00 pm)
Teatro del Centro Cultural Municipal de Huaraz
Director: Fernando Valcárcel
Conversación con el compositor Jorge Falcón Villanueva a raíz del estreno de El Huascarán, obra basada en la canción Huascarán de Maximiliano Rosario Shuán, según la versión del “Jilguero del Huascarán”. Esta composición fue comisionada por la Orquesta Sinfónica Nacional bajo el auspicio de la Municipalidad Provincial de Huaraz para el concierto que el elenco realizara el 15 de Julio del 2016 en el marco de las celebraciones por el 159° aniversario de dicha ciudad. La charla aborda también brevemente otras experiencias musicales del compositor vividas en sus primeros años, en su período de trabajo en la OSN, y fuera del ámbito académico.
Por Luis José Roncagliolo
Nota biográfica de Jorge Falcón
Jorge Falcón Villanueva
Nació en el distrito de Arancay, provincia de Huamalíes, departamento de Huánuco, el 1 de diciembre de 1980. Inició sus estudios musicales a los doce años de edad en el Instituto Superior de Música “Daniel Alomía Robles” de Huánuco en la especialidad de piano. En esta misma culminó sus estudios superiores en el 2002. Al año siguiente ingresó al Conservatorio Nacional de Música a la especialidad de Composición teniendo como profesores de especialidad (Composición) a los maestros Enrique Iturriaga y Dante Valdes; y de piano a los maestros Henry Rodríguez y Carmen Escobedo. Actualmente se desempeña como docente en la Escuela de Arte de la Universidad San Martín de Porres, en la Escuela de Música de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) y en el Conservatorio Nacional de Música.
El Huascarán
En poco más de un año has hecho unas seis orquestaciones para la Sinfónica. Lo que se puede ver en ellas es una especie de evolución o trayectoria desde la instrumentación de pieza para piano (Golliwogg’s Cakewalk1 de Claude Debussy para conjunto de vientos y percusión y Träumerei2 de Schumann, para orquesta), a la transcripción, arreglo y orquestación de un tema popular (Toromata de Caitro Soto y Vicente Vásquez, e Idolatría de Oscar Molina Peña)3, y finalmente la composición sobre un tema existente (El Huascarán). ¿Cómo así es que decides darle ese enfoque compositivo a esta última pieza?
Antes ya había trabajado para el Ensamble de Instrumentos Tradicionales del Perú que dirige el maestro Wilfredo Tarazona. Ahí me pidieron hacer 3 composiciones independientes que debían tener motivos de música folklórica, así que tuve que elegir entre tres canciones o piezas folklóricas de diferentes sitios. Entonces, ya tenía cierta experiencia sobre cómo hacer ese trabajo. Y ahora que se presentó esta ocasión con la Sinfónica se conjugaron varios factores: en primer lugar me acordé de aquello que ya había hecho; luego, sabía que esto no iba a ser cantado; y por otro lado, nunca he tenido realmente la certeza de conocer la versión original: escuché la del “Jilguero del Huascarán” que tiene esa introducción… después hay otra que tiene una introducción con un cuarteto de cuerdas o con una especie de orquestina, y después la de “Pastorita huaracina” que también es diferente, inicia directamente con el tema. Entonces tomé la que más me gustaba porque tenía una especie de dos motivos diferenciados, algo que podía servir para generar contraste y ofrecer mayores posibilidades de desarrollo.
Ese desarrollo pareciera responder a una especie de programa que en cierta forma se deduce al recordar el título de la obra mientras se escucha: la sección inicial por ejemplo puede ser identificable con un amanecer, luego el tema principal aparece varias veces presentado en diversas formas, después viene algo que podría considerarse como una tormenta, finalmente la orquesta cantando en tutti el tema y concluyendo con el soplido del viento4 de la montaña al niente. La Sinfonía Alpina de R. Strauss tiene un programa que de alguna manera puede considerarse como cercano, ¿has tomado a esa obra como referencia?
Pensé que me dirías más bien que estuvo bueno “mi Moldava”…
[risas]
Lo relacionaba más con “la Alpina”, que también empieza además con esa especie de sensación de suspensión. Aunque el ambiente inicial de esa obra es más nocturno, en cambio lo tuyo da una impresión de algo más cercano al alba. Ciertos detalles como las figuraciones ondulantes que aparecen un poco después sí pareciera que evocaran a El Moldava...
Sí, los diecillos en las maderas que se convierten en acompañamiento del tema expuesto por el corno. Anteriormente, sobre la base de los armónicos de las cuerdas, aparecen algunos indicios fragmentados del motivo de la danza guerrera. Luego hay una especie de llamados que buscan preparar un clima de majestuosidad, y eso es algo que también se puede encontrar en El Moldava. Y así como en Smetana el clímax de la primera parte se diluye en un vals, acá igualmente se diluye pero en una danza guerrera.
Y otra influencia en este caso… ¿puedes creer que faltaban tres días y no tenía nada escrito? … Todo estaba en mi cabeza… pensando qué hacer, cómo hacer. He comenzado a imaginar y a escribir una lista de qué cosas irían: por ejemplo, “tresillos acá, esto con acordes mayores, este ritmo en los cornos,”… y mi hijita también ahí ayudó. Le hacía escuchar cada vez que avanzaba algo y ella también imaginaba: “se siente como si estuviera subiendo al nevado, o suena grandioso como si se viese el paisaje desde arriba” cuando sonaban los cornos. Y ella propuso que existiese también una tormenta. La máquina de viento era propicia para esta pieza, teniendo en cuenta además que en una versión -me parece que la del “Jilguero del Huascarán”- aparece un viento al final.
Teniendo en cuenta una obra como la Fantasía Zaña de Francisco Pulgar Vidal, en donde no podemos hablar de un arreglo sobre un tema popular sino más bien de un trabajo o un desarrollo compositivo a partir de éste. ¿Crees que sería apropiado llamar a esta pieza como “fantasía” o “rapsodia” sobre el tema El Huascarán?
Yo le puse simplemente “basado en…”. Pero sí, tiene el mismo sentido. Tenía un poco de miedo sobre lo que irían a decir allá en Huaraz, porque no sonaría la canción tal cual. El problema también era cómo dibujar el asunto para que parezca majestuoso. Yo siempre a mis alumnos les dejo ejercicios por ejemplo con, únicamente, acordes menores para que hagan enlaces, o sólo con acordes mayores también, sin tener que ver con la tonalidad, es decir sin funcionalidad tonal.
Por una cuestión de color…
Sí, y eso es lo que he utilizado ahí. Casi todos los acordes que están empleados son acordes mayores sin funciones propias de la tonalidad. Más bien en el pasaje de la tormenta sí hay acordes disminuidos, o con séptimas disminuidas.
La Sinfónica
Con respecto a tu paso por la Sinfónica5, ¿de alguna manera llegaste también atraído por esta posibilidad de poner en práctica tus conocimientos de Composición u Orquestación?
Lo principal sobre todo fue la oportunidad de sentir a la orquesta, en vivo; estar en los conciertos, en los ensayos.
¿Encuentras alguna diferencia en tu noción general de lo que significa escribir para una orquesta sinfónica luego de haber tenido esta experiencia dentro de la OSN?
Sí. Antes era más teórico el asunto. Un poco que había estudiado Orquestación, Instrumentación… a ver qué cosa pueden hacer los instrumentos,..etc. Pero cuando vives con la misma orquesta, ya puedes decir: “esto puede sonar mejor así, o mejor de esta otra forma”. Empiezas a darle importancia a pensar en quién va a tocar lo que estás escribiendo.
Esta composición entonces está pensada en la Sinfónica.
Claro. Uno se da cuenta de qué puede ser lo más adecuado para cada fila de una orquesta a la que conoce bien.
Entrarías tú entonces en el mismo grupo que Holzmann o Guevara Ochoa por ejemplo, compositores que han trabajado en la OSN y han escrito música para el elenco. En tu aprendizaje como compositor por lo tanto, ha sido importante esta experiencia laboral en la orquesta…
De todas maneras, ha sido importante. Por otro lado, no sé si Leopoldo la Rosa también entra en ese grupo…
Es cierto. También entrarían aquellos directores-compositores que tienen o han tenido un vínculo laboral con la OSN, y han escrito u orquestado para el elenco. Contando a La Rosa serían principalmente: José Malsio, Luis Antonio Meza y actualmente Fernando Valcárcel6. Casos más cercanos incluso serían los de Manuel Rivera Vera y Miguel Oblitas, compositores que han sido copistas de la orquesta.
Otras experiencias
Hablando ahora sobre tu formación específicamente en la escritura para orquesta. Estudiaste Composición con Iturriaga y Orquestación con Dante Valdes. No sé si en el Conservatorio habrás llevado también el curso de Arreglo, tengo entendido que se imparte ahí.
Lo que se hace en ese curso es sobre todo armonía funcional. Eso ayuda un montón para hacer música popular. Antes pensaba… ¿qué acorde será ese?, un acorde con un color raro que suena interesante, y para encontrarlo había que tocar y probar. Ahora por las funciones se puede sacar rápido, no sólo por el color sino por las relaciones armónicas.
Aparte de los trabajos para la Sinfónica, ¿cuál es tu experiencia general como arreglista? ¿Para qué formatos o ensambles has trabajado? Ya hemos hablado de conjunto de instrumentos nativos, orquesta sinfónica…
He trabajado bastante en música popular, haciendo arreglos de cumbias, salsas…
Cuando estuviste en la orquesta de salsa “Los Titanes” supongo que también te involucraste en los arreglos de algunas piezas…
Sí, por ejemplo hay un tema cubano que se llama Merecumbé que tiene trombones, bajo y piano. Después una cumbia colombiana Sobre las olas.
¿Para qué otras formaciones has hecho arreglos?
Para cuarteto de cuerdas. La hermana del maestro Núñez Allauca, la señora Jocabeth, me pedía hacer unos arreglos de música para su iglesia: corales, himnos por ejemplo, yo les hacía contrapuntos, les variaba la armonía. Para ella habré hecho como unos 4 o 5 arreglos, pero también para otras formaciones: por ejemplo para piano, guitarra y quena para que puedan tocar en familia.
¿Has arreglado para banda?
Sí, pero como parte del estudio solamente. Tengo también un arreglo de El Cóndor pasa para ensamble de percusión que me pidió Mabel García para un Festival de Percusión 7
Del Moldava al Marañón
Acabas de mencionar una obra de compositor huanuqueño. Si bien Huánuco ha de ser muy significativo para ti por haber vivido ahí la mayor parte de tu infancia y adolescencia, nos has contado que no naciste precisamente ahí sino en una ciudad cercana…
Arancay, provincia de Huamalíes, departamento de Huánuco.
¿Y cuánto tiempo viviste en Arancay?
Hasta casi los cuatro años; después ya no he regresado.
Así como se asocia a Huánuco con la “Danza de los negritos”, ¿hay también música vinculada fuertemente a Arancay, u oriunda del lugar?
El Campish. Es una danza que originalmente se toca con pincuyo y caja.
¿Y tú conociste esa danza en Arancay?
No, la conocí recién en Huánuco. Ahí también se suele tocar, pero es oriunda de mi pueblo.
¿Tienes trabajos basados en esta danza?
Sí, en una de esas piezas para el Ensamble de Folklore. Se llama Campeando.
Ya que hablamos sobre tus primeras experiencias musicales, ¿han habido músicos en tu familia?
Mi papá, aficionado que toca la quena, serenatero. Un hermano mío también aficionado, serenatero, toca guitarra.
¿Y tú empezaste con piano?
Primero con quena y zampoña. Mi hermano me llevaba donde un amigo suyo que me enseñaba. El piano fue ya después en el ciclo regular de la Escuela de Música de Huánuco.
¿Y cómo es que decides estudiar Composición en Lima?
Justamente porque en principio mi idea era tomar música tradicional y darle otro tipo de tratamiento, otro ropaje, más elaborado.
Intuyo que de alguna manera el trabajo con el material musical andino te permite re-conectar con ese mundo del Ande, y con tu ciudad natal a la que no has podido regresar desde mediados de la década del ochenta. Quizá de manera inconsciente exista una conexión entre las imágenes sonoras que aparecen en El Huascarán y los recuerdos vagos de los amaneceres de tu pueblo…
Puede ser. Además somos vecinos: Arancay está en la frontera del Departamento de Huánuco con el de Ancash, ambos separados por el río Marañón. Sólo hay que cruzar el río para estar en Ancash.
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1 ”Cakewalk Golliwogg” del Children’s corner de Claude Debussy el 21 mayo de 2015. Concierto didáctico de la Orquesta Sinfónica Nacional realizado su Sala de Ensayos en el Gran Teatro Nacional, bajo la dirección del propio Jorge Falcón.
2 “Träumerei” de las Kinderszenen de Robert Schumann. Concierto realizado el 21 de Agosto del 2015 en el Gran Teatro Nacional, bajo dirección de Fernando Valcárcel.
3 Toromata, landó de Caitro Soto y Vicente Vásquez; e Idolatría, vals de Oscar Molina Peña. Concierto “Celebraciones y homenaje al criollismo” realizado el 5 y 7 de Febrero del 2016 en el Gran Teatro Nacional, bajo dirección de Fernando Valcárcel y con participación solista de Eva Ayllón.
4 El Huascarán es la segunda obra que ha realizado la OSN con la máquina de viento, instrumento que fue mandado a construir al luthier Limber Curi expresamente para la ejecución de la Sinfonía Alpina de Richard Strauss en el concierto del 15 y 17 de Agosto de 2014 en el Gran Teatro Nacional, bajo la dirección de Rossen Milanov (Bulgaria).
5 Falcón se desempeñó como Copista de la OSN entre octubre del 2014 y marzo del 2016.
6 Entre los directores-compositores que ha tenido la OSN se encuentra Armando Sánchez Málaga, quien si bien no ha escrito para el elenco, posee en su catálogo un Allegro para orquesta. Otro director de la Sinfónica, José Belaúnde Moreyra, tiene en su haber Cuatro Minués para orquesta, conservándose actualmente el primero de ellos en los archivos de la OSN.
7 Mabel García, percusionista de la OSN hasta fines del año 2015. El evento mencionado fue el II Festival Internacional PerúPercusión (2014), realizado con la coproducción de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Lima, 20 de julio del 2016
Entrevista realizada por Luis José Roncagliolo
Luis José Roncagliolo (Huacho, 1982). Bibliotecólogo y músico. Cursó la carrera de Ciencias de la Información en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha realizado estudios musicales de manera independiente (violonchelo, con César Pacheco; Composición, con José Quezada Macchiavello, Pablo Sandoval y José Sosaya), y participado en diversos cursos y talleres: Música Electroacústica (Gilles Mercier, Conservatorio de Lima), Música Concreta (Nicolás Drweski, Casa Ida), Musicología (Alfonso Padilla, Conservatorio Nacional de Música), Música Antigua (Les Chemins du Baroque; Sergio Portilla, Taller de Música Antigua del Conservatorio Nacional de Música) así como en diversas ediciones del Taller de Composición de Luca Belcastro (Germinac.Cciones). Actualmente se desempeña como Archivero-Copista en la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú, desde donde viene impulsando proyectos como la digitalización y acceso abierto a los documentos archivísticos de la orquesta a través del Repositorio Institucional del MINCU, la publicación virtual del Boletín de la OSN, o la recuperación y recopilación del acervo documental producido por la orquesta -o vinculado a ella- en pos de la creación de un centro de documentación.