La formalización de las organizaciones o iniciativas culturales permite ir ganando mayores oportunidades de sostenibilidad económica. La formalización permite generación de recursos y la movilización de financiamientos y apoyos desde diversas fuentes.
Inicialmente debemos hacernos la pregunta si queremos constituirnos como una asociación civil sin fines de lucro o como una empresa. Según las características de nuestra actividad y la naturaleza de nuestra esencia como gestores, activistas, promotores, artistas, etcétera, es que podremos respondernos. En algunos casos la experiencia ha permitido a los gestores culturales constituir dos tipos de organizaciones paralelas que ayuden a generar diferentes dinámicas distintas.
La naturaleza de la asociación civil sin fines de lucro es generar dinámicas y procesos de cambio social hacia el desarrollo, en el caso de una asociación cultural su misión es contribuir en el sector de la cultura, las artes, acceso a bienes y servicios culturales, derechos culturales, diversidad cultural, desarrollo de políticas culturales, etc. En el caso de las iniciativas empresariales su naturaleza se centra en participar directamente en la dinámica económica, generando recursos para sus impulsores, sin embargo, esto no soslaya la posibilidad de que la empresa privada pueda contribuir en la dinámica de la agenda de desarrollo cultural del país.