Kukuli Velarde Barrionuevo, hija de la reconocida periodista e historiadora Alfonsina Barrionuevo y del periodista Hernán Velarde, es una destacada artista cusqueña con una vasta producción que demuestra sus habilidades en el dibujo, la cerámica y la pintura. Su trabajo ha transitado desde la década de los noventa hasta la actualidad por diversas etapas artísticas, donde la herencia cultural es el tema primordial de su preocupación como artista. Acaba de ganar la Beca Guggenheim en Artes compitiendo contra proyectos artísticos norteamericanos y canadienses. Conversamos con ella sobre la identidad, la diversidad y esa necesidad de evidenciar la colonialidad que vivimos a diario.
Por Marianela Béjar Romero, historiadora del arte UNMSM
“Mi intento es simplemente representarnos”
La intención de Velarde por evidenciar los problemas de exclusión y racismo existentes en nuestro país se vieron reflejados en la instalación Acoso, presentada en la última feria Art Lima. Las piezas expuestas pertenecen a la serie mayor Plunder me, baby realizada en el 2006 y expuesta en la galería Germán Krueger Espantoso del ICPNA en el 2012. La instalación está conformada por cinco piezas ubicadas al interior y exterior de una urna de vidrio, acompaña a las piezas el sonido permanente de obturadores y flashes que asemejan tomas fotográficas, además se puede escuchar voces grabadas que comentan: “Qué lindo! Bien peruanito, no? Si pues, lindos…” haciendo alusión a visitantes que comentan y fotografían entusiasmados objetos exóticos.
Velarde reelabora sus piezas a partir de la estética de las cerámicas precolombinas incorporando un nuevo discurso que atraviesa los temas de identidad, género y colonialidad (relaciones de poder que atraviesan todas las relaciones sociales existentes tales como la sexualidad, género, conocimiento, clase, división del trabajo, epistemología, espiritualidad, etc.). Las figuras se ubican como si fueran trofeos expuestos en un museo tomados como objetos etnográficos de valor arqueológico. Los títulos de las piezas también llaman la atención ya que sugieren un desafío contra los prejuicios de la sociedad peruana y la imposición del colonialismo europeo. La artista refiere al respecto:
La génesis de mi trabajo parte desde el momento en que me pongo a pensar ¿cómo fue para el artista peruano el momento en que el imperio es conquistado y las demandas estéticas se transformaron? Pienso que hasta ese entonces todas las culturas del Perú gozaban de un desarrollo cercano a la estética física de la gente porque la estética de los objetos está determinada por la estética personal”.
Recordemos que en el Perú, como parte del violento proceso de occidentalización provocado por la conquista española se produjeron cambios radicales en la visualidad. Ese momento de transgresión viene a ser el centro de su investigación artística. En palabras de la artista:
Hubo un momento en el que fuimos hermosos. Nosotros vivimos con el problema de asumir lo bello con la imagen de belleza occidental a consecuencia de la colonialidad en la que estamos viviendo”.
Desde esta perspectiva las piezas juegan un rol primordial. Ellas -todas son mujeres- despiertan y toman conciencia de la situación en la que se encuentran. Todas están ahí por un motivo, saben que están siendo observadas, “acosadas” por el espectador y posan para el lente de la cámara fotográfica con cierto recelo, disconformidad y en algunos casos pareciera amargura o desparpajo. Velarde las describe como:
Piezas que repentinamente despiertan en la vitrina de un museo sin saber, en un principio, dónde están. Algunas reaccionan de manera violenta, algunas quieren que te acerques para darte un macanazo, algunas se ponen histéricas y furiosas pero todas saben el rol que cumplen”.
Serie Corpus y la beca Guggenheim 2015 en Artes
La segunda fase de su proyecto es la serie Corpus, investigación basada en las quince imágenes que están representadas en el Corpus Christi [1] que se realiza anualmente en el Cusco y otras ciudades. El proyecto juega con la idea de la transmutación y del sincretismo de las culturas precolombinas que han sobrevivido bajo el disfraz de las esculturas católicas impuestas con la llegada de los españoles.
“De las quince imágenes, he extraído la identidad precolombina que existe en ellas. Por ejemplo, Santiago es aquí una entidad Tiahuanaco. No estoy tratando ser fiel al autor, es simplemente una entidad que toma el cuerpo de un Tiahuanaco. También está San Sebastián, aquí el rostro del santo es de sufrimiento, mientras que el otro personaje está feliz de la vida porque a pesar de tanto tiempo todavía está vivo”.
Gracias a este proyecto la artista acaba de ser galardonada con una beca de la Fundación Guggenheim[2] 2015 en Bellas Artes. Alto honor que le permitirá continuar con el proyecto y seguir trabajando para realizar un video que formará parte de la exhibición programada para el 2017. Es importante remarcar que esta beca la ganó concursando en la categoría central donde participan proyectos de artistas radicados en Estados Unidos y Canadá. Sobre el proyecto, la artista señala que:
“Es una investigación que no busca solucionar la disparidad estética que tenemos. Con estas piezas no busco anudar la estética colonial con la estética precolombina. Es sino una demostración de la paradoja que somos nosotros”.
Finalmente, la artista nos comenta que gracias a la beca Guggenheim se vienen realizando coordinaciones para que estas obras sean expuestas pronto en Lima.
[1] Celebración de la iglesia católica que conmemora la Eucaristía. En el Perú se realiza anualmente desde 1572, año en el que el virrey Francisco de Toledo recibió la orden del rey de España para “combatir” la wakas del Cusco.
[2] Desde 1925 la Fundación John Simon Guggenheim ofrece anualmente becas a artistas, académicos y científicos de todos los campos.